Desde hace años he pensado que, en torno a las ciencias naturales, como la física, química y biología hay dos tipos de mexicanos: aquellos por los que la humanidad nunca hubiera pasado del candil, y esos otros como don Mario Molina, Premio Nobel de Química en 1995 o don Heberto Castillo, inventor de la Tridilosa. Lo que le valió el Nobel a Molina fue descubrir las causas del agujero de ozono en la Antártida, el peligro que ello significaba para la vida en el Planeta. Don Mario descubrió la solución para reconstruir la capa de ozono y salvar al Planeta de esa amenaza. Y el otro destacado mexicano el ingeniero y gran luchador social, Heberto Castillo Martínez, fue inventor de la tridilosa, producto que se usa hoy y en todo el mundo en Estructuras Metálicas Tridimensionales; este invento es muy usado hoy en la construcción por su ligereza de peso, por su enorme resistencia y ser anticorrosivo. Si el lector me preguntara en cual clasificación me siento, por supuesto que le diría que soy de aquellos por los que la humanidad no hubiera pasado del candil.
Y a personas limitadas como un servidor nos asusta, nos sorprende y nos maravilla los avances sorprendentes que el hombre ha logrado en las ciencias naturales, en la medicina y las tecnologías que de ellas se han derivado. Un caso mencionaré porque considero que puede ser ejemplo a seguir por el gobierno de la 4T los próximos seis años.
La extrema sequía que la mayoría de los países sufrieron en días pasados, y por la que murió gente, mucho ganado y otros animales; esa sequía por la que lagos, ríos, presas y algunas ciudades se quedaron sin agua me obligó a buscar información sobre aquellos países que utilizan plantas desalinizadoras con agua del mar y el costo que ello implica. Todo esto pensando en México.
Encuentro que los países pioneros en el uso de plantas desalinizadoras tienen climas desérticos, con gran escasez de agua pero que además tienen los recursos financieros para aplicar ese tipo de tecnología en sus países. Dentro de ellos, destaca Arabia Saudita: cuatro de cada cinco litros de agua que se consumen en ese país provienen de plantas desalinizadoras. Otros países que utilizan esas
plantas y agua de mar para su consumo doméstico son los Emiratos Árabes, Libia, Kuwait, Qatar, Estados Unidos y España.
Las plantas más grandes del mundo se encuentran en Israel. SOREK, la más grande de todas, se encuentra cerca de Tel Aviv, fue construida por la empresa española Sadyt y se inauguró en 2013. La planta SOREK tiene una capacidad de tratamiento de agua salina de 624 mil metros cúbicos por día que se utilizan para abastecer al sistema de distribución de agua de Israel. Tuvo un costo de construcción de 400 millones de dólares. En contraste Felipe Calderón gastó 600 millones de dólares en lo que prometió que sería la refinería de Tula y todo terminó en una barda que no sirve para nada.
La segunda planta desalinizadora del mundo se encuentra en Asdod que es la sexta ciudad más grande de Israel y fue construida en 2013. Esta planta IDAM tiene una capacidad de producción de 384 mil metros cúbicos por día y se basa en el método de ósmosis inversa, según nos dice la nota. Esta planta tiene una característica que la hace única por su pretratamiento de ultrafiltración que sirve para aguas superficiales, aguas de mar, subterráneas y afluentes tratados biológicamente para posterior tratamiento. Por sus dimensiones, IDAM tiene una de las infraestructuras más grandes del mundo. El número de países que utilizan plantas desalinizadoras es amplio hoy,
A una persona como un servidor, hombre del candil al fin, estos avances y logros de la ciencia y la tecnología nos dejan sorprendidos. Sin embargo, no deja uno de pensar y proponer que las plantas desalinizadoras pueden utilizarse también en México. Flanqueado nuestro país por los dos océanos más grandes del planeta, el Pacífico y el Atlántico y teniendo aguas interiores que pueden aprovecharse con las plantas desalinizadoras, no creo que sea descabellado que la continuidad de la 4T, encabezada por la doctora Claudia Sheinbaum, integre en su plan global de gobierno la creación de varias plantas desalinizadoras en el país. El gobierno de AMLO dio amplias muestras, por la diversidad y sinnúmero de obras magnas que realizó sin endeudar al país, que dinero sí hay. Pero los políticos y dirigentes que lo precedieron se robaban los dineros del presupuesto o lo mal gastaban como la barda de Calderón de 600 millones de dólares.
Por tener dos grandes ríos, el Grijalva y el Usumacinta, y un sinnúmero de afluentes y lagunas, Tabasco no puede quedar fuera de un proyecto de esa naturaleza tan ambicioso y benéfico, y Javier May como gobernador debe funcionar como gestor ante Claudia Sheinbaum para lograr obras de esa naturaleza. Repito, dinero hay.