En este estado de inestabilidad económica que nos oprime en Tabasco, “el Borrón y Cuenta Nueva” de la CFE, que ha anunciado nuestro Gobernador, Adán Augusto López Hernández, es una de las pocas cosas que nos da algo de alegría. No se comprenden las críticas que algunas personas, entre ellas mi estimada Gina Trujillo, han hecho contra esta medida, que es evidentemente de justicia, son totalmente extemporáneas y para nada se puede hablar de un agravio comparativo con otros estados de la República.
A los argumentos esgrimidos por el Gobernador de que los tabasqueños no nos quejamos de otras tarifas muchísimo más razonables que existen en otros estados, como Nuevo León o Yucatán, y que se les han aplicado en buena medida por la lucha emprendida desde Tabasco, me gustaría añadir otras razones no menores.
La CFE ha castigado a Tabasco por su “rebelión” durante décadas y el castigo ha consistido en varias medidas de represión como la nula inversión en infraestructura que ha tenido como consecuencia la bajísima calidad de las instalaciones, que han provocado daños de todo tipo, hasta en las casas de los usuarios que por los golpes de luz han perdido innumerables electrodomésticos que no soportaban estas inconsistencias en el suministro.
Pero además los usuarios que si hemos pagado el suministro, con esas tarifas elevadísimas, durante años, prácticamente hemos financiado a los que se habían negado a ello y han podido hacerlo. Es decir que las pérdidas de CFE no han sido ni mucho menos las que ellos argumentan en sus cuentas alegres e interesadas.
Personalmente he sentido humillación cuando amigos y familiares que residen en otros estados me han comentado lo que ellos pagaban de recibo, que no respondía ni al 25 por ciento de lo que un servidor tenía que liquidar bimestralmente, teniendo la misma cantidad de aparatos eléctricos para uso doméstico.
Literalmente no me creían que pagara las cantidades que he pagado durante muchos años. A veces era tan grande la cifra que se adeudaba que en muchas ocasiones había que elegir si se pagaba la renta, se compraba comida o se pagaba el recibo de la CFE. Y cuando se solicitaba un convenio para liquidar la deuda, en plazos razonables, los requisitos que pedía la compañía para otorgarte un crédito eran más difíciles de conseguir que los que te solicitan los bancos comerciales.
En definitiva creo que el movimiento de “Resistencia Civil” y del “No Pago” a las exageradas tarifas que había en Tabasco, que emprendió nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, era total y absolutamente justificado y es hasta ahora, muchos años después, cuando vamos a resarcirnos de esa injusticia.
Por eso, ahora que está de moda el exigir que se pida perdón por los agravios que se han cometido contra colectivos humanos agraviados por los poderosos no sería ninguna tontería que la CFE hiciera lo propio con los tabasqueños, que hemos sufrido una dictadura comercial que ha venido dada por el monopolio de la paraestatal.
Y eso sí, ahora que se implemente una tarifa justa todos a pagar, y exigir que se hagan inversiones para que la red eléctrica de Tabasco responda a el futuro que se avecina, y para poder sentirnos orgullosos de que la lucha ha merecido la pena y que “Está bien lo que bien acaba”.