Cuando apenas ha cumplido dos meses de su gobierno Adán Augusto López Hernández ha salido a los medios de comunicación a dar a conocer su visión personal del trabajo realizado y lo que queda por hacer. Dio docenas de titulares entre los que destaca el que de “en el gobierno de Núñez hubo mucha más corrupción de la que nos imaginábamos”.
El Gobernador, Adán Augusto, se hizo cargo de un reto gigantesco al inicio de su mandato, ya que se enfrentaba a todo los tipos de crisis en los que puede encontrarse un estado: Plagado de corrupción, la delincuencia sin límites, el sector salud en abandono total y los enfermos muriendo en los hospitales, el sector educativo con protestas muy firmes y de gran seguimiento de la opinión pública, de todos los implicados: Alumnos, profesores y padres de familia.
El campo en abandono total, la economía en mínimos, sin dinero en activos ni liquidez, y la clase política en general en caos y desmembramiento de sus estructuras. Y muchas cosas más que dibujaban a Tabasco ubicado en el problema perfecto. Ante eso el mandatario tenía tres opciones inmediatas: Dedicarse a lo urgente, diseñar lo importante, o emprender los dos caminos a la vez con todos los riesgos que eso implicaba.
Optó por la tercera posibilidad y pidió a todos los tabasqueños que le acompañáramos en la búsqueda de las soluciones a las urgencias y le apoyáramos en diseñar las cosas importantes que había que sembrar para el futuro.
En un principio, aparentemente, todos fuimos a una y estábamos contentos de que por fin alguien había levantado la bandera y nos enseñaba el camino, pero no tardaron las “aves de mal agüero” en tratar de ensuciar el panorama. Mientras que López Hernández no perdía el tiempo en polémicas estériles, a las que ni se paraba a responder, porque confiaba en lo que ha hecho siempre a lo largo de toda su carrera política: Responder con hechos.
Así se le comenzó criticando que le había asignado más de 500 millones de pesos a TVT, cuando era solo un error que poco después fue corregido, y nadie pidió disculpas por haber dudado de las intenciones del gobernador. Poco después, sutilmente y de forma sibilina, se comenzó a dudar sobre la viabilidad de la refinería de Dos Bocas, acusando incluso al Presidente AMLO de mentir, tratando de demostrar que no había nada de nada y que todo era una ficción.
El Mandatario tabasqueño tampoco “entró al toro” de las falsedades, verdades a medias y mentiras completas, y con el trabajo de adecuación del terreno, de las vías de comunicación y de los pasos legales y administrativos ya anunció que para abril se estaría en posibilidad de sacar adelante las licitaciones.
Trabaja en aterrizar soluciones para el adeudo histórico con la CFE y otros asuntos no menos importantes y delicados para el estado como el de combatir la delincuencia que, sospechosamente, ha aumentado justo cuando se estaban poniendo los cimientos de su erradicación.
Apenas han transcurrido dos meses de su toma de posesión desde determinadas trincheras mediáticas, perfectamente identificadas, con intereses propios conocidos, ya se está tratando de minimizar el tremendo trabajo realizado en este tiempo escaso y se hacen comparaciones que lo menos que se puede decir de ellas es que son insultantes además de injustas.
Asistimos a juegos de artificio y “graznidos de esos pájaros de mal agüero”. Si algo le ha caracterizado a nuestro Gobernador en toda su carrera política ha sido su capacidad de resistencia.