A propósito de los legisladores de MORENA, de la actual Cámara de Diputados tabasqueños, hay que pedirles que sean protagonistas de su propia historia, que están empezando a escribir. Ha faltado explicar correctamente el por qué se ha aprobado la cuenta pública del Ejecutivo del año 2017.
Eso, explicarlo, lo ha hecho adecuadamente, el gobernador Electo, Adán Augusto López Hernández. Es sencillo: El Órgano Superior de Fiscalización de Tabasco, (OSFE), dependiente de los diputados, en base a unas técnicas generalmente aceptadas de revisión aleatoria, ha enviado un dictamen aprobatorio que es cuestionable, pero que no tiene reversa.
Es así y son las leyes y procedimientos que nos hemos dado y por eso no quedaba otra que aprobar la cuenta de referencia. Sin embargo quedan abiertas todas las posibilidades a que, de encontrarse posteriormente irregularidades, se proceda a denuncias civiles y penales de todo tipo siempre que el ejecutivo entrante lo pueda probar y así lo considere procedente. Es decir no se ha cerrado ese capítulo sino que solo se ha escrito una parte de él, siguiendo el reglamento que legalmente procede. Nada más.
No hay que olvidar que además queda por estudiar la cuenta 2018. Se entiende que haya mucha gente que critique esta medida, y es perfectamente democrático que lo hagan, aunque hay que hacerles notar que las leyes soportan la conducta de aprobación y por tanto pueden ser cuestionadas, pero no reprobadas.
Otra cosa es que se cambie el sistema y que se implemente un nuevo sistema en el que los legisladores, representantes populares, puedan influir en mayor medida en el tipo de investigación que el OSFE emprenda. Y aplicar lo que propone el Gobernador Electo, Adán Augusto López, en el sentido de que a partir de ahora no se haga una auditoria selectiva, sino completa, de todas y cada una de las partidas de la cuenta pública de los tres poderes del estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que es lo que parece más procedente y con una amplia posibilidad de ofrecer certeza a los ciudadanos, que es lo que se necesita en estos tiempos de transparencia debida.
Creo sinceramente que lo que no es de recibo es descalificar a los actuales legisladores, y acusarlos de corrupción sin prueba alguna, porque eso es como darnos “un tiro en el pie” cuando estamos inmersos en pleno proceso de la Cuarta Transformación propuesta por nuestro presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Y hay un elemento que deshace todas estas acusaciones, que acabo de plantear: Solo se han aprobado las cuentas del 2017 y las de este año, 2018, deberán de ser analizadas y aprobadas, o reprobadas, por el mismo cuerpo legislativo que ahora puede armarse de un nuevo reglamento de inspección que evite todas estas suspicacias, naturales y respetables, de una buena parte de la población que puede sentirse, con razón, insultada en sus percepciones.
Pero hasta este momento son eso, percepciones que no están basadas en pruebas ni evidencia legal alguna. Pero es que tiene todo el sentido lo que dice Adán Augusto López Hernández, que no es ni más ni menos que lo que se ha hecho ha sido seguir con los trámites, obligatorios, de la actual legislación para este tipo de decisiones legislativas. Para eso, y otras cosas, es precisamente la Transformación que se nos propone desde el Ejecutivo Federal de AMLO. No “comamos ansias” que todo se andará.