Quienes, allende las fronteras, creen que el locuaz Presidente Donald Trump tiene en sus manos todas las canicas para hacer y deshacer en el contexto mundial y/o en la relación con sus vecinos –México y Canadá--, pudieran estar siendo erráticos en sus ligeras apreciaciones.
Y es que quienes saben y conocen bien el estilo de la política estadounidense –a diferencia de lo que ocurre en nuestro país-- allá los americanos no se andan con medias tintas ni tampoco salen con que a "chuchita la bolsearon".
Allá son más explícitos, más directos para expresar su aprobación o rechazo ante el actuar del gobernante en turno.
Y como algunos dicen "nunca segundas partes fueron buenas..." tal parece que a Mr. Trump en esta segunda oportunidad de estar al frente de la Presidencia de Estados Unidos pueden presentársele escenarios complicados a causa de sus bravocunadas esquizofrénicas que, dicho sea de paso, no todos los sectores gringos la comparten.
Obsérvese, por ejemplo, este dato: la consultora Gallup reveló los resultados de una encuesta, realizada el 29 de enero pasado, en la que el 48% de los estadunidenses desaprueba al actual mandatario y tiene el índice de aprobación inicial más bajo entre los presidentes de ese país en los últimos 70 años.
El estudio arrojó, además que el 47% de la población norteamericana está de acuerdo con el trabajo inicial del presidente Trump, pero subraya que el 48% lo desaprueba.
A través de un post en X, Gallup –empresa estadounidense de análisis y conocida por realizar encuestas de opinión pública–, compartió los resultados de esta encuesta, sobre los índices iniciales de aprobación del trabajo de los presidentes de Estados Unidos.
Otro dato: el sondeo indica que el índice de aprobación inicial de Donald Trump para su segundo mandato es muy similar al que obtuvo durante su primer mandato, que fue de 45% en 2017.
Gallup hizo una comparativa entre los índices de aprobación de los presidentes estadunidenses entre 1953 y 2025. La calificación del actual mandatario lo coloca en el último puesto de la lista.
Por otro lado, el 48% de los estadunidenses no está a favor al inicio de su cargo, mostrando una notoria desaprobación en el trabajo que hace como mandatario. El 4% restante no opinó al respecto.
Trump se encuentra en un desventajoso porcentaje que no se presentaba desde hace décadas; sus datos de análisis como gobernante están por debajo de todos los demás presidentes. También se realizó una comparativa con Joe Biden, que entró a la Presidencia con un 57% de aprobación, sin embargo, en su salida el índice bajó a 40%.
Hay quienes opinan que aunque, efectivamente, el Presidente yanqui ganó bien para ejercer su segundo mandato, hay acciones que estarían afectándole los índices de aprobación al inicio de su gobierno: la guerra comercial incentivada (política de aranceles) en perjuicio de México y Canadá (otrora poderosos socios) y la expulsión inmisericorde de migrantes, 2 temas en los que con sobrada fiereza se ha enseñoreado en el arranque de la nueva era trumpista.
Allá en USA hay comentarios, como por ejemplo éste: Donald Trump ganó bien, pero los aranceles y la expulsión de migrantes ha hecho que la gente lo esté abandonando; los gringos no quieren migrantes pero los necesitan pues los usan como esclavos con largas jornadas de trabajos en capos agrícolas y pírricos salarios. Y la aplicación de aranceles, sin duda, es una latente amenaza para el incremento de precios en diversos productos de uso común en territorio yanqui.
De continuar con el estilo bravucón y pendenciero, dicen algunos americanos, Trump se dirige al fracaso absoluto y todo por ser tan visceral en contra de países vecinos con los cuales debía incentivar una buena amistad e impulsar mejores escenarios de colaboración.