La actitud mostrada por la candidata del PRI y del PAN y el candidato del PRD sobre al tema de la declinación sólo fue una simulación. Ninguno de los dos tenía la intención de someterse a una encuesta y saber quién de ellos es la mejor o el mejor posicionado y a quién le correspondía declinar. Quizá Fócil estaba más confiado por ser cabeza de la primera minoría.
Públicamente se han tirado la bolita. Una esgrima verbal de dimes y diretes. Nunca hubo un compromiso en firme. Eso se deduce de sus dichos, sólo jugaron con ese asunto que, siendo sinceros, al electorado lo tiene sin cuidado.
Lorena Beaurregard a Juan Manuel Fócil: "...lo único que hace es patear la lata y darle vuelta a la vuelta". Él a ella: "puede decir misa. El PRI y el PAN no tienen estructura ni representantes de casilla. Hay que ser muy serios y no podemos seguir jugando con eso".
Ayer el candidato perredista a la gubernatura dio por zanjado el tema. Fin de la trama, de la discusión pública. Es caso cerrado. No habrá declinación de nadie. Todos irán a la jornada electoral del dos de junio. Ese día se sabrá realmente cuál es su verdadero peso político medido en votos.
Lorena y Juan Manuel alegan estar mejor posicionados. Se basan en encuestas de dudosa calidad por ser de encuestadoras patito o trabajan sobre pedido, como Massive Caller, que le da a la candidata prianista 23.4% y a Fócil el 7.4%.
El dueño es un panista, contratado por el PAN en esta elección, por tanto no es seria ni creíble. Mediciones hechas al gusto del cliente. En la encuesta de Fócil, atribuida a "El Liberal de Tabasco", el perredista aparece con el 27% y Lorena con el 4.5% de las preferencias electorales.
Lo que en realidad ambos pretendían, era que ella o él se sumara al otro o a la otra en una alianza de facto con la creencia de que, por ese hecho, en automático se sumarían los votos al que siguiera en la contienda, lo cual no es así. No se pueden sumar los sufragios de un candidato a otro. No está previsto en la ley.
Ni modo que el PRD, el PRI y el PAN acepten que no voten por su candidato o candidata cuando lo que también estará en juego es el registro y otras posiciones. Tienen mucho que perder y el horno no está para bollos.