Lucrar con el dolor ajeno es deleznable, pero como estamos en temporada de zopilotes –como escribió Paco Taibo II- todo puede suceder. El caso es sacar rentabilidad política de un tragedia humana, como el asesinato de un menor de edad en Paraíso.
Pasó lo mismo con el colapso de un escenario donde se encontraba el candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, en su gira por Nuevo León, y que causó la muerte de 9 personas y dejó 121 lesionados.
En ambos asuntos salió a relucir la falta de sensibilidad de aquellos que poco o nada les interesa el prójimo. Como quienes utilizaron esos dos lamentables sucesos para hacer politiquería y para burlarse de MC por no ceder a las presiones del PRIAN de que su candidato decline a favor de Xóchitl Gálvez.
"Hasta la naturaleza les marca la ruta", escribió en su cuenta de X el senador panista Emilio Álvarez Icaza, disque defensor de los derechos humanos. Fue un acto reprobable y tuvo que borrar el mensaje cuando usuarios de esa red social le recriminaron esa bajeza. Trató de justificarse echándole la culpa a su "equipo de redes".
No les importa la pérdida de las vidas humanas en un accidente como este. Tampoco el dolor de una familia por la muerte del menor. Es montarse en estas tragedias para hacer campaña sin el menor escrúpulo.
Mucho todavía hay por hacer para que la civilidad, el humanismo, el buen juicio, se instale entre nosotros, en el quehacer público.