Muchos buscan "señales" en el conocido estilo de un periodismo que se aferra a las miradas, los gestos, los saludos, y hasta las "selfies". Todo cuenta, dicen, y la reciente visita de Claudia Sheinbaum a Tabasco no es la excepción. Como tampoco es de sorprender la reacción del respetable público antes ciertos personajes. Son cobros de ida y vuelta.
No todos aspirantes cepillados de la encuesta definitiva para elegir al coordinador estatal de los Comités de Defensa de la Transformación, asumieron el hecho con resignación. Hubo distintas reacciones que reflejan el tamaño de su frustración por haber sido excluido del proceso interno y su compromiso con la unidad en Morena.
De los tres contendientes que fijaron públicamente un posicionamiento, tras haber sido eliminados de la contienda, el diputado federal, Manuel Rodríguez González, fue el único que expresó su apoyo al movimiento y a la futura candidata presidencial, Claudia Sheinbaum.
Su compañero de bancada, Mario Llergo, si bien dijo que "la vida continúa" sólo se concretó a decir que respaldará a su partido "desde mi trinchera". No mencionó para nada a la coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la 4T.
La reacción del también legislador, Marco Rosenda Medina Filigrana, fue la de un participante que no aceptó el resultado a pesar de que sabía que así eran las reglas y que había que atenerse a ellas. Sobre aviso no hay engaño, dice el dicho popular.
Arremetió en contra de la dirigencia nacional morenista por haber decidido a favor "de los mismos de siempre" y optado "por las prácticas de siempre". En una declaración pública que hizo en un video que subió a sus redes sociales es evidente su molestia. Según él, quedó en cuarto lugar de la encuesta y ni así fue incluido en la lista final. Solo se comprometió a no "agraviar" a su partido, pero nada de trabajar a favor de la unidad ni apoyar a Claudia Sheinbaum.
Mucho se tendrá que trabajar para mantener la unidad al interior de Morena en la entidad, que ahora está prendida de alfileres.