UNO.- A la marcha voy porque quiero. Es mi voluntad. Nadie me condiciona. Nadie me impone. Nadie me obliga.
DOS.- Voy porque me gusta caminar, estar en movimiento. Lo disfruto. Me hace sentir vivo. El agua corriente es movimiento y es saludable. El agua quieta se empantana y huele mal.
TRES.- Voy porque tengo familia, amigos y amigas. Y no quiero que les dañe la violencia. Yo no me cruzo de brazos a esperar que algo para bien suceda.
CUATRO.- Porque personas que piensan como yo, también van a marchar. Y es un gusto reír, saludarnos, abrazarnos. Encontrarnos. Marchar es una alegría colectiva.
CINCO.- Porque muchas personas que no piensan como yo, le apuestan a la no violencia y también van a la marcha. No se requiere pensar igual para querer lo mejor para nuestra sociedad. Yo quiero el bien para ti, aunque pensamos distinto.
SEIS.-Porque marchar es una forma de manifestarse. El moverse es mensaje. Además que es un derecho constitucional reunirse, caminar y opinar. Y habrá palabras también.
SIETE.- Porque un gobierno respaldado por el pueblo que lo eligió es invencible. En las democracias es importante emitir el voto, y a través de ese acto de votar, elegir a nuestros gobernantes. Pero nos quedamos cortos si votamos y nos acostamos en la hamaca.
OCHO.- Porque soy actor de mi propia película de vida. No espectador de mi propia existencia. Además que mi papel en dicha película decidí que no es quejarme -andar quejumbroso- siempre en la vida y cruzarme de brazos.
NUEVE.- Porque la violencia es un mal que avanza como el cáncer. Y hay que detenerla. No es por generación espontánea. Y algo la alimenta. Necesitamos saber qué.
DIEZ.- Porque amamos la tranquilidad que es vida buena. La intranquilidad es miedo. Y yo no quiero vivir con miedo. Así con miedo considero que no vale la pena vivir mi vida. No quiero ser rehén en mi propia casa, como si estuviera castigado con arresto domiciliario.
ONCE.- Porque los que no quieren la marcha son los mismos de siempre. Son los que siempre critican las movilizaciones. Usufructuarios antes del poder y sus migajas. Ellos (ya sabemos quiénes son) quieren una sociedad inmovilizada, sumisa, agachona. Y no, pues.