Abstencionismo 2018-2023: 70% clase media, 67% jóvenes 18-25.
* Educación superior: egresados aptos, descalificados en nivel de vida.
* Hacia 2024: ¿algún proyecto tendrá propuestas para la clase media?
UN ESTUDIO 2018-2023 basado en encuestas de salida, realizado por la Universidad de Guadalajara (4/07/2023, "Elecciones, abstencionismo y clase media") registra abstencionismo del 70% en la clase media y de 67% entre jóvenes de 18 a 25 años de edad. Se trata de porcentajes que rebasan en 15 y 12 puntos el abstencionismo de la población en general. Son picos preocupantes de ciudadanía inactiva en procesos decisorios del país. Millones no se involucran con la hoja de ruta que los partidos ofertan en campaña.
Veamos algo del panorama social (oculto) que produce esos números.
¿FUTURO ES PASADO?
AL PENSAR políticas de inclusión viables, que miren el mercado laboral y sus oportunidades, asoma un problema enquistado: la ausencia de prioridades en la formación de profesionistas. Por 100 años, México produjo abogados y médicos que no tuvieron horizonte laboral. En los últimos 50 años, a los abogados y médicos subempleados se sumaron comunicólogos, economistas, sociólogos, antropólogos y administradores de empresas. Hubo una razón social para ello: las familias ubicaban como hecho positivo costear licenciaturas a sus vástagos, porque representaba estatus y calidad de vida. Miles de trabajadores pudieron ver a sus hijos egresados y profesionistas. Sin embargo, el Estado Mexicano (como gobierno y sociedad) no tuvo la capacidad de diversificar el mercado laboral y generar suficientes fuentes de empleo. Conforme avanzó el siglo XX y llegó el XXI, se incumplieron las promesas del México posrevolucionario sobre una vida digna para la clase media con estudios universitarios. Y llegó la crisis.
¿Hay una relación significativa entre abstencionismo de la clase media y el deterioro de su calidad de vida? Se necesitan investigaciones que crucen variables económicas con preferencias electorales. Como hipótesis exploratoria, suena razonable. Hemos mencionado aquí las investigaciones de Latinobarómetro sobre el desencanto de los ciudadanos del continente hacia la democracia: no ven que votar se refleje positivamente en sus condiciones de vida...aunque hay experiencias sobre el impacto real de mejoría que puede tener una mayor participación social en la organización del gobierno y la producción. Lo vemos en las comunidades con prácticas tradicionales de ayuda mutua.
EN MEDIO HACE FRÍO, TAMBIÉN
LOS SIGUIENTES datos se extraen de un estudio/encuesta que realizó en 2019 (antes del COVID-19) la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES). En ese estudio se proyecta que en el 2024 las cifras de subempleo y desempleo en egresados universitarios se incrementarán 15%.
-Cada año, 300 mil egresados universitarios buscan un empleo calificado. De estos, 4 de cada 10 se quedan sin empleo; 3 de cada 10 se colocan en un empleo fuera de su profesión; 2 de cada 10 se auto-emplean con pobres resultados; y 1 de cada 10 se coloca "en un empleo que cuadra con su profesión, aunque no es bien pagado".
-En 10 años (2010/2019) el número de profesionistas creció en 2.9 millones y 18% se mantuvo desempleado. El restante 82% -se supone- tiene empleo y debería vivir dignamente. ¿Es así? Aquí van algunos datos: 20% no logra cubrir con su salario el sustento familiar y tiene deudas bancarias; 30% gana bien contratado con plaza de confianza, pero no tiene reparto de utilidades, seguro social, ni generan antigüedad; 15% trabaja por su cuenta (autoempleo) sin poder ahorrar, y brincan al pluriempleo, sin tiempo familiar; 19% trabaja y cubre sus necesidades básicas si la familia es de 3 miembros (padres con un hijo; padre o madre con 2 hijos), pero "no tienen recursos para vacacionar".
¿Hay calidad de vida en estos datos? Juzgue el lector. Quizás otros mexicanos dirían a quienes tienen empleo: ´suertudos´.
¿Por qué sucede esto? Si me permite, lo abordamos en nuestra siguiente entrega.
AL MARGEN
SE PUSIERON de moda los libros escritos por y para aspirantes a la Presidencia. Primero fue Ricardo Monreal, ex líder del Senado, quien difundió su libro "Una oportunidad real", especie de autobiografía; aunque tiene en su haber varias publicaciones, una de ellas inmersa el escándalo de una supuesta compra irregular ("Errar es humano, rectificar es política"). Le siguió, Marcelo Ebrard con "El camino de México", también autobiográfico y que le sirvió para sus primeros recorridos como aspirante al 2024. El periodista Arturo Cano publicó, ya en este año, la obra con un título que no deja lugar a dudas sobre la intención: "Claudia Sheinbaum: Presidenta", como "un retrato documentado" a partir de entrevistas realizadas durante su mandato como jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Más recientemente se anunció la publicación de "El hombre grande. Adán Augusto", firmado por Amir Ibrahim, Manuel Pedrero y Hans Salazar, ofrecido como "un ensayo escrito con el decir de la gente". ¿Harán los propios Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco? (vmsamano@hotmail.com)