SI HUBIERA SOLO UNA canción que tocaran en mi funeral, ¿cuál sería esta? Realmente me metería en dificultades al tratar de escoger una entre ciento veinte que me sé de memoria, y cinco que más canto en mi casa cuando aporreo la guitarra. Pero si tuviera qué seleccionar una entonces tendría que pensarlo para que fuera una como un retrato musical de mi paso por la vida. Aclaro: estoy bien de salud.
SÍ. SÉ QUE A MUCHAS personas les molesta que uno hable del futuro funeral, y más del de uno mismo, como si uno ya quisiera morirse, y no, al contrario, como sé desde primaria que es una fase de los seres vivos, entonces esa conciencia me permite vivir a plenitud cada instante de mi vida. Y en lo posible trato de no desperdiciar mi vida odiando, refunfuñando, hablando mal de los demás. Y si puedo añadir un ladrillo en la construcción de la armonía, lo hago con gusto. Aunque esto signifique bajarle una rayita al ego, ese que nos dice al oído que los demás están equivocados y solo nosotros tenemos la razón.
MI HERMANO MAYOR MURIÓ en febrero ya hace dos años. Y había dos canciones con la que nos acordamos muy bien de él: "Qué será, qué será", canción que cantó José Feliciano, y la de "Te vas ángel mío", que popularizó el reynosense Cornelio Reyna. De este tengo la anécdota que cuando un maestro de secundaria me preguntó quién era el compositor de "En paz" y "Nocturno a Rosario", y yo de inmediato le dije que Cornelio Reyna, se rió estrepitosamente, lo cual no me molestó. Y él pensó que yo estaba vacilando. Y no. Lo que pasa es que Cornelio las grabó en disco, y antes de saber de literatura lo que se enseña en secundaria, yo desde niño las había escuchado en canción precisamente con Cornelio Reyna.
HE ASISTIDO A VARIOS funerales, y al mío no quisiera ir, pero es ineludible. Ni he de llegar tarde, afecto que soy a la puntualidad. En esos he escuchado varias canciones. Tanto los coros de iglesia que son muy bellos, como el que dice "cuando allá se pase lista", y "más allá del sol". Y las canciones muy socorridas por el tema que tratan son "Dios nunca muere" y "Un puñado de tierra". La primera vez que escuché dichos coros fue en el funeral de mi amigo Lenin, compañero de trabajo. Y vi paz en los rostros de sus padres y demás familiares. Con esto quiero decir que pertenecer a un grupo religioso es una de las maneras que les permite saber que estamos de paso y que "hay" otro lugar mejor.
¿AMAR LA VIDA y pensar en la muerte es una contradicción? No, porque me acuerdo muy bien de la clase de primaria. Soy ser vivo, entonces habré de pasar por crecimiento, reproducción y muerte. Y no tendrían por qué ocultarnos eso. Y además qué aburrido sería ser eternos. Suficientes los años que nos toquen. Llegar a la edad de viejo con calidad de vida sería lo ideal. Y si no, pues resignación. Por eso canta, ríe, baila, escribe, ama, lee, siembra, mira de cerca a los ojos a otras personas, vibra, etc.
LAS CINCO CANCIONES que canto con mi guitarra que me acompaña a donde sea, son "Mi árbol y yo", con esta recuerdo el viejo mezquite que está al fondo del patio de la casa, y ahora en Tabasco un viejo y muy alto árbol que le llaman por acá Palo Mulato. A uno y otro los venero y abrazo y canto y tomo fotos. Otra de las canciones es "Señora de Juan Fernández", que cantó Facundo Cabral, que es un juego de situaciones, y refiera a una llamada del yerno a la recién hecha suegra: "no me cuelgue la llamada, quiero avisarle, que su hija Juana se fue conmigo esta mañana".
"A MI MANERA", por ejemplo, es una canción apropiada para muchos casos, para los que sí, para los que no tuvieron problemas para tomar decisiones, estudiar una carrera u otra, para estar cerca de casa, o viajar frecuentemente, o salir y entrar a donde querían, inclusive en lugares muy retirados, y viajaron al interior y casi al exterior, sin que parezca queja, esa no me cantarían, no quisiera que esa me cantaran. Cuando murió Jorge, un amigo mío, casi mi hermano, una sobrina de él me dijo: "ya murió, pero hay que reconocerle que mi tío vivió y disfrutó como él quiso". Es decir, a su manera. Y yo no. Yo he andado otros caminos.
YO NO HE VIVIDO a mi manera. Siento que ha sido otro el que ha vivido la vida por mí. Que quise sí, caminar otras veredas, respirar mejores aires, pelar los dientes ante otros rostros, mover las piezas en otros tableros, tocar otras guitarras, leer otros libros, tomar de otros vinos, cantar en otros bosques con caperucitas incluidas. Y el camino que me tocó en destino seguir, fue el que me correspondía de acuerdo a las circunstancias y el tiempo, diría José Ingenieros, pero por querer y desear no me puedo quejar, ni tampoco de ello acusar. Dice un amigo: no por ver el menú, me deben reñir.
TAMPOCO HACERSE LA VÍCTIMA, sin duda. Tomo café cuando quiero, mis impuestos pago, camino por calles y veredas y mis amigos y amigas (pocos son) me aprecian en reciprocidad, sé estar solo, leo aunque salto de libro en libro, como colibrí; escucho música, me sé los catorce acordes mayores y menores en la guitarra suficientes para acompañarme con las canciones que canto.
OTRAS DE LAS CANCIONES, decía son cinco, de las que más repito son: "Las pequeñas cosas", de Serrat, las que uno cree que se llevó el tiempo y la ausencia, y están siempre cerca de uno. "Amor perdido", que cantaba María Luisa Landín, en aquel siglo pasado, cuando las películas eran en blanco y negro. "El último beso", que cantaba Polo con los Apson, de los 70s del siglo pasado, aunque la letra no tenga referencia alguna en mi vida; y "Fue en un café", cuando yo recuerdo que alguna vez la abandoné.
NO SERÍAN CANCIONES de tristeza, ni de nostalgia, solo que esas son las que mi memoria repetida evoca en el momento en que tomo una guitarra. Sé que cada cerebro funciona de manera distinta en ese enlace que hacen las neuronas en su comunicación eléctrica. En mi caso se me pega el inicio de una canción y si entro a bañarme en el momento en que empiezo a mojarme inicio la misma canción como por unos tres o cuatro meses. Y luego de esos meses inicio otra sin darme cuenta del cambio. O cuando me voy a lavar las manos. Algunos han de comprender.
Y PARA CERRAR CON ESO de las canciones hay tres que canto la mañana del diez de mayo, solo en la sala de mi casa: "Soneto a mamá´", "Por qué abandoné a mi madre" y "Cariño verdad". Si ponen estas tres, es posible que me levante de la caja por el inmenso amor a mi madre.