Las sociedades y la cultura avanzan positivamente para conformar bienestar y paz para todos. Sin duda, con el feminismo la mujer tiene mayor participación en diversos aspectos como el laboral, social, político; por mencionar algunos; esto de alguna manera ha impactado su presencia en casa, pero no significa que la disciplina, la formación, crianza y las labores del hogar deban detenerse, ya que, representaría un retroceso en el aspecto familiar y social. Pero sí era necesario que la mujer pudiera aportar a la economía de la casa, su empoderamiento y libertad. Para dar continuidad a esta importante tarea de desfigurar la figura machista y replantear el rol de los hombres y niños, se requiere promover la igualdad de condiciones, conocer y aplicar las nuevas masculinidades.
México va en el camino de ser un país exmachista, el trabajo constante, la concientización, y la cultura han ido mejorando la conducta de los hombres hacia la figura femenina, porque debemos reconocer que el machismo nos perjudica a todos. Y es importante orientarnos hacia una visión que permita una sana convivencia entre géneros. Por ello desde la Organización de las Naciones Unidas, se promueve la equidad de género de manera integral. Las nuevas masculinidades incorporan la perspectiva de género, totalmente contrario al modelo hegemónico en el que se consideraba la figura del hombre como un ser superior autoritario, responsable de la toma de decisiones y proveedor de los recursos económicos.
Las nuevas masculinidades representan la oportunidad de exterminar el patriarcado, eliminar el machismo heredado por antiguas generaciones, este es un proceso de humanización de los varones, sobre los roles que deben asumir en la sociedad y la aceptación de los compromisos que se adquieren con la vida. Para lograr conseguir los objetivos de esta nueva forma de ser, es necesario promover la participación igualitaria entre hombres y mujeres, desde aceptar una corresponsabilidad real en las tareas domésticas y otras actividades asignadas comúnmente al género femenino; de esta forma se evita esas ideas y visiones que durante cientos de años ha colocado a las mujeres en una posición inferior.
Este cambio implica mucho más que la incorporación a las actividades, ya que también es importante sensibilizar a los varones deconstruyendo la idea de que todo lo femenino es negativo para un hombre. Actitudes importantes como la nobleza, los sentimientos, los cuidados, el cariño rompen con el rol social "fuerte", "rudo" y "violento", y permiten que puedan expresar libremente sus emociones sin recibir una crítica o un señalamiento social.
El estado debe hacer lo propio considerando las nuevas masculinidades como una nueva estructura social, que permite una nueva organización y desarrollo integral, por lo tanto se requieren la generación de políticas públicas que adhieran este nuevo concepto a la sociedad.