- Es Tabasco el estado con más empleados públicos per cápita
- Herencia del auge petrolero y de los sistemas de control social
- Debe haber un recorte justo, no arbitrario; pero tampoco simulado
UNA DE LAS DECISIONES anunciadas por el gobernador electo Javier May Rodríguez va en el sentido de reducir la carga presupuestal en el aparato de gobierno en Tabasco. Mucha razón hay en ello, porque una excesiva planta burocrática no es sólo costosa para el erario sino que también constituye una estructura que tiene como resultado la obstaculización de trámites en el más común de los casos, y propicia la corrupción en las circunstancias más graves. Reducir trámites, compactar oficinas, podar aquellas ramas que sólo hacen pesada la administración es lo más sensato.
De acuerdo a datos del INEGI y otros estudios comparativos, Tabasco es el estado que tiene más empleados públicos por cada cien mil habitantes (mayor porcentaje per cápita). Se estiman unos 3 mil 956 burócratas por cada 100 mil habitantes. En el listado le siguen Guerrero (3 mil 474) y Baja California Sur (3 mil 293), con datos del 2023.
De manera contrastada, Nuevo León, que es uno de los estados con una economía desarrollada y gran presencia industrial, cuenta sólo con un mil 355 empleados públicos por cada 100 mil habitantes. En otras palabras, Tabasco tiene tres veces más empleados públicos que Nuevo León considerando el número de pobladores.
Podría argumentarse que la pobreza de una región es motivo para ampliar la planta laboral en las oficinas gubernamentales, porque –se dice- "hay que garantizar el empleo", pero resulta que Oaxaca, uno de los estados con mayor número de municipios del país y con un rezago histórico, se ubica en los últimos lugares de contratación gubernamental: 910 por cada 100 mil. Puebla es la entidad que reporta menos burócratas por habitante.
Una explicación a mano es que en Tabasco tuvo una multiplicación de plazas laborales en oficinas públicas a finales de los años setenta y principios de los ochenta por el auge petrolero...y de ahí en adelante siguió la fiebre de contrataciones.
Javier May anunció que reducirá el número de secretarías en su gabinete con la fusión de las secretarías de Turismo y la de Desarrollo Económico y Competitividad para quedar como Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico; en tanto que las secretarías de Finanzas y Administración e Innovación Gubernamental pasan a ser Secretaría de Administración y Finanzas.
Como lo adelantamos, y la lógica indicaba, desaparece la Secretaria de Desarrollo Energético –Energía es de competencia federal-, y para algunos efectos de las tareas encomendadas a la Sedener se trasladan a la nueva Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. Otra medida será la reducción de 34 subsecretarías a sólo 25, pues hay dependencias que tienen hasta tres subsecretarías.
Seguramente se irán compactando las direcciones de área y en orden descendente podrá aplicarse un programa de retiro voluntario para reducir el costo y número de la planta laboral. Es de esperarse que esto último se haga con justicia y no como aquel "tijeretazo" arbitrario aplicado –al estilo de Carlos Salinas-, en la famosa "reingeniería administrativa" en el 2010...para luego volver a inflar la nómina.
Seguiremos con el tema.
EN BUSCA DE LA REUNIÓN PERDIDA
Las élites económicas de México están a la expectativa sobre el cambio de poder federal, que por primera ocasión será en octubre. Antes, diciembre era estreno sexenal. Mientras el peso resiste presión devaluatoria y los mercados amagan a la baja, al parecer por la mayoría calificada de Morena y partidos aliados en el Congreso, la aritmética política y el perfil del poder no cuadran con los machuchones –AMLO dixit- que detentan 80% de la riqueza nacional. Será interesante el inicio de sexenio, sin las mañaneras/pararrayos de AMLO y con frentes abiertos para Claudia Sheinbaum: reforma judicial a debate, presupuesto federal 2025 a aprobar, vaivenes financieros, jaloneos en Morena, incluyendo nuevo dirigente nacional en octubre y lo que depare el reacomodo entre senadores y diputados.
Afianzado el cambio de régimen en la república, vale la pena detenerse en historias que documentan nuevos tiempos de la política.
Pocas veces se captan momentos simbólicos que reflejan un cambio político sustancial. Por ello fue significativa una nota con fotos que publicó La Jornada (20/6/2024): Claudio X. González Laporte, visagra del poder empresarial ante el poder político neoliberal, asistió el miércoles 19 de junio a una reunión de la Presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, con empresarios. Había expectación por el contacto y la relación a entablar. Hubo comentarios positivos, "por los proyectos de desarrollo económico con cuidado ambiental", "por el enfoque técnico de la economía" y "por la claridad de planteamientos".
Claudio X. padre, reportó La Jornada, pidió una reunión especial con Sheinbaum. Hay fotos de la espera: rostro serio, miradas al reloj, cabeza hundida, miradas a la puerta por donde iba a entrar la Presidenta electa. No hubo tal. Llegó el doctor Juan Ramón de la Fuente para avisarle a Claudio X. padre que no sería posible la reunión solicitada.
El momento es simbólico por mostrar el debilitamiento de las élites, que antes tenían en sus manos el picaporte presidencial y algo más.
AL MARGEN
AHORRAR no es solo gastar menos, sino hacer más con menos. Combatir la obesidad y la parálisis gubernamental. (vmsamano@hotmail.com)