Algo parecido. Quizá no igual, pero así se ve. Eso es lo que está ocurriendo en la política mexicana. Particularmente el espectáculo que ya con más contundencia se está presentando, especialmente en las filas de Morena y que, a como pintan las cosas, podría poner en riesgo el proyecto de la 4T.
Lo que está ocurriendo desde luego no es novedad. En parte, quiérase o no, el haber abierto las puertas a lo que algunos niegan y otros lo ven, como una campaña anticipada, por más que se quiera interpretar de otra manera, tiene ocupado a un importante segmento de la sociedad, en el que están inmersos miembros distinguidos de los diversos partidos políticos, tratando de posicionarse y emulando a personajes de las caricaturas que como superhéroes siempre pueden con todo lo que se les pone enfrente.
Hacen su labor, ocupan parte del tiempo correspondiente a la función o responsabilidad encomendada, saliendo a relucir aquella frase del vulgo popular: camarón que se duerme...se lo lleva la corriente.
Expresión, por cierto, totalmente opuesta a esa otra que aquel viejo lobo de mar como lo fue el extinto líder obrero Fidel Velásquez solía remarcar en tiempos del juego presucesorio presidencial: en esto de la política, el que se mueve no sale en la foto.
Esta dinámica, evidentemente está sacando a flote la realidad de la clase política en su desenfrenada lucha por el poder.
A muchos les late su corazoncito, pero como bien reza una frase bíblica, muchos serán los llamados, pocos los escogidos a la hora de las definiciones. En otras palabras, muchos querrán, pero en esa materia, el destino de quién sucederá al presidente Andrés Manuel López Obrador, ya está escrito, e igual que como ocurrirá en el Estado de México y Coahuila, nadie lo podrá cambiar.
Con aparente discreción –y a veces no tan discreto-- en algunas partes del país, van apareciendo cartelones con la fotografía de personajes de la clase política nacional, así como algunas pintas en bardas o panorámicos haciendo énfasis con frases o menciones relacionadas con alguna virtud de quien aparece en la foto o identificable con la actividad que está desempeñando.
En este ambiente resultan curiosas las respuestas de esos personajes, cuando alguien les pregunta, si se trata de actos anticipados de campaña; como buenos políticos, ni tardos ni perezosos parecen remitirse a aquella expresión que utilizaba AMLO: "lo que diga mi dedito" o simplemente suelen decir que "para nada..." rechazándolo escuetamente.
Vemos así a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, aprovechando cuanto espacio es posible para acudir y estar no solo presente en diversas partes del país en eventos públicos, como también al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard o al zacatecano Ricardo Monreal, Senador líder de la bancada de MORENA en el senado, por cierto éste último haciendo rounds de sol y sombra con la primera mencionada.
Y en esa lista, desde luego está el tabasqueño Adán Augusto López Hernández, Secretario de Gobernación, a quien, dicho sea de paso, no puede negársele los méritos que tiene al formar parte del equipo de gobierno que actualmente lleva las riendas del país para ser considerado como fuerte aspirante a la candidatura presidencial.
En la acera de enfrente, en el PRI ya han alzado la mano Beatriz Paredes y Claudia Ruiz Massieu, mientras que por el PAN el que ya dijo que va es Santiago Creel y en los últimos días se abrió de capa el expresidente Vicente Fox quien señaló que si hay reelección él se apunta. Solo falta Movimiento Ciudadano que de pistas sobre su gallo.
Y así, el espectáculo que se está viviendo --específicamente en el seno de los morenistas-- parecería a una función de lucha libre en la que los participantes, no parecen estar dispuestos a dar un ápice de tregua, sino a pelear con todas las armas posibles, para posicionarse en el ánimo del electorado y, una vez superados los escollos propios de la contienda, ser el candidato y finalmente, vencida la aduana de las elecciones, lograr la Presidencia de la República. (altar_mayor@yahoo.com.mx)