Los niños que presentan algún trastorno del habla son más propensos a no desarrollar la capacidad de socializar en un entorno escolar o familiar. Esta condición fue investigada y verificada por un estudio realizado por la Universidad de Bristol, ubicada en Reino Unido. Un grupo de investigadores analizó un conjunto de datos de 7 390 niños de ocho años que fueron parte del estudio Children of the 90s. Para hacerlo, los expertos tomaron cuestionarios y entrevistas a los participantes al llegar a las edades de 10, 11 y 14 años para medir la evolución del trastorno del habla dentro de un entorno social. Los resultados del estudio publicados en la revista Journal of Child Psychology and Psychiatry Advances determinaron que los niños con esta condición tienen una mayor incidencia en los problemas para socializar a los 10 y 11 años. Además, los expertos apuntaron que una de las causas es el retraso en el desarrollo del habla debido a la pandemia de covid-19 en 2020.
Esto se explica dado que, por la pandemia, el confinamiento y la exposición de los niños a pantallas de aparatos tecnológicos, se incrementó el retraso del habla por la falta de trabajo en esta capacidad.
El desarrollo del habla y lenguaje en los niños empieza desde el primer año al emitir palabras y sonidos. A los 3 años ya se puede evidenciar un posible trastorno de la capacidad del habla por falta de fluidez, composición de oraciones y la confusión entre los sonidos de letras. A esta edad deben manejar mas de 200 palabras, hacer frases simples de 3 o 4 palabras y entablar una pequeña conversacion.
Los trastornos del habla se presentan por varios factores, por ejemplo, los orgánicos se relacionan con una afectación a las estructuras mandibulares que no permiten una buena pronunciación de palabras. También el estrés emocional, traumatismos cerebrales y las pérdidas auditivas no tratadas a tiempo producen tartamudeo, confusión y una disminución en la fluidez al decir oraciones seguidas. Los niños con estos problemas buscan una forma de comunicación con gestos, una serie de señas, ademanes y sonidos. Ante esto, los padres que no buscan ayuda profesional, desarrollan un tipo de "interpretaciones" de los gestos de sus menores y les dan todo lo que solicitan sin necesidad de hablar adecuadamente lo que refuerza en retraso en el desarrollo del lenguaje.
Los expertos explican que los niños con trastornos del habla presentan comportamiento de aislamiento, timidez, miedo y frustración al estar en un entorno social. Estas afectaciones emocionales provocan inseguridad en los menores al comunicarse con otras personas y generan miedo al rechazo y al ´bullying´ dentro de la escuela. En la adultez, el problema ocasiona inconvenientes de adaptación, desempeño laboral y social si no se atiende de manera temprana. Es necesaria una evluación integral del problema para delimitar su origen y su posible tratamiento. (Psiquiatra/Paidopsiquiatra)