Claudia Sheinbaum se perfila para ser la primera mujer en ganar la Presidencia de la República. Todas las encuestas la colocan como máxima favorita para triunfar en la elección presidencial de 2024.
Ha estado arriba de las preferencias ciudadanas desde que comenzaron a medir a los probables aspirantes presidenciales. Durante el proceso interno de Morena mantuvo el liderazgo en las encuestas y ganó.
Y ahora en la precampaña presidencial los números también le favorecen de calle. Faltan seis meses para la jornada electoral del próximo dos de junio y ni la guerra sucia en su contra, orquestada por la derecha ha frenado su crecimiento.
Mes con mes, la exjefa de Gobierno suma puntos, mientras que su principal oponente, Xóchitl Gálvez, precandidata del bloque opositor, retrocede, no hay manera de que repunte en los estudios de opinión.
La mayoría de los mexicanos saldrá a votar el día de la elección y tiene claro que optará por la continuidad del cambio, de acuerdo a los resultados arrojados por los sondeos realizados por De las Heras Demotecnia y Consulta Mitofsky.
Claudia como candidata y Morena como partido son amplios favoritos para ganar la elección presidencial. Las estadísticas son muy claras y coincidentes.
Según Demotecnia, la intención del voto a favor de Sheinbaum es de 65 por ciento contra 13 por ciento de Gálvez, una diferencia de 52 puntos. Mitofsky le da 61.4 por ciento de las preferencias a Claudia contra 30.9 por ciento de Xóchitl, una ventaja de 30.5 por ciento.
Sheinbaum se lleva con gran ventaja a Gálvez en todos los rubros en que fueron medidas. Es la más conocida, la mejor evaluada, la que tiene una opinión positiva y es considerada la más capacitada para gobernar México.
No se ve por dónde Xóchitl pueda remontar esa desventaja. Los mexicanos creen que lo mejor que le pueda pasar al país es que Morena siga gobernando.
Así lo refleja la encuesta de Mitofsky. A la pregunta qué es mejor para México en este momento, el 51 por ciento se pronunció a favor de la continuidad y el 39.8 por ciento cree que debe gobernar otro partido. Es resultado, entre otras cosas, del apoyo que han tenido los sectores más desprotegidos; el combate a la marginación es la clave.