Encerrar y encadenar a un niño de siete años sin provisiones mínimas indispensables para subsistir, no son método alguno admisible para corregir cualquiera que sea la falta que este pudiera haber cometido. El hecho ocurrido en días pasados en la colonia "Villa las Flores" de ciudad industrial en Villahermosa, es un acto reprobable y delictivo; se está actuando en contra de un ser indefenso, un ser humano protegido por las leyes, más aún, tratándose de un menor de edad que finca su seguridad y confianza, en quienes lo están reprendiendo abusivamente en su condición de infante.
De no haber sido visto y descubierto por sus compañeritos del vecindario, los estragos emocionales, físicos y formativos de este menor, estarían siendo el caldo de cultivo para el resentimiento y frustraciones de quien más adelante, los estarán descargando contra la sociedad, o trasladando en una cadena formativa de la descendencia. Reza por ahí un dicho: que hay que educar a los niños de hoy, para no castigar a los hombres del mañana.
Aquí es necesario que las autoridades no solo apliquen la justicia en contra de quienes resulten responsable de los daños físicos y emocionales que se estuvieron provocando al menor, se tiene que evaluar el estado de salud mental de los implicados en este caso; valorarlos si están en condiciones de hacerse responsables de otra criatura como al parecer ocurre en el caso de la mamá, así como de la pareja sentimental, quien al parecer ejercía actos de intimidación y violencia sobre el menor.
Socialmente, podemos decir que los vecinos ejercieron un acto de responsabilidad al hacer el llamado a las autoridades y asumir el rescate en su domicilio, para entregarlo a las autoridades locales; no podemos dejar pasar por alto este tipo de hechos, pero también hacerlo sin el uso de la violencia, que es la acción reprobable. Sin querer tomar en sus propias manos el ejercicio de la justicia como ya ha ocurrido en otros lugares.
Los menores al igual que los adultos gozan de derechos que se basan en los principios de la no discriminación, el interés del niño, el derecho a la vida y la participación sobre situaciones que les afecten.
La Convención de los Derechos de los Niños, contiene 54 artículos con todos los derechos que se han considerados indispensables, y que además jurídicamente los protegen, estos derechos son inalienables e irrenunciables. Para el caso que nos ocupa, podemos destacar el derecho a: hacerse respetar por los demás; sentirse participes de una familia y sociedad; cambiar una situación cuando les conviene; defenderse de causas como el trabajo y la explotación; y el de sentirse seguros y protegidos entre otros.
Si usted es testigo o tiene sospechas de un acto reprobable o similar al ocurrido en nuestra ciudad, no calle y consúltelo con sus vecinos; si no se quiere ver implicado, haga una denuncia a las autoridades más próximas, y evitemos el dolor de inocentes o personas discapacitadas o impedidas por alguna razón que le impida actuar, y el abuso de enfermos y resentidos sociales.