Para ver la medida real de lo que ocurre en la tremenda tarea que le han asignado bajo su responsabilidad, se mueve entre un mundo de gente, que transita en el pequeño edificio, y sube y baja escaleras, habla con unos y otras, pregunta y da instrucciones y da la sensación de que no va a terminar nunca. Sorprendidos los funcionarios, y los usuarios, se encuentran con la insólita escena de que la secretaría de Movilidad, Egla Cornelio, se mueve en el mismo territorio que ellos y no en la cómoda oficina habilitada como su despacho. No es por hacer comparaciones, que siempre son odiosas, sino por hacer honor a la justicia y a la verdad, pero nada tiene que ver el estilo de dirigir de Cornelio con el de su antecesor, ahora reconvertido en diputado dietista. Posiblemente a Egla le ha tocado la secretaría más complicada de todas las del gobierno de Adán Augusto López Hernández. Poner orden entre los taxistas, microbuseros, transportistas de personal y mercancías, transporte escolar y hasta en los pochimoviles no solo es un reto, sino una misión que requiere de conocimientos legales profundos de la materia, mucha entereza y fortaleza emocional para “meter en cintura” a tantas mafias que durante décadas se han adueñado del transporte de Tabasco a base de “cañonazos” de dinero disparados desde la corrupción, la impunidad y las malas artes. Hablando con la que es una catedrática de la UJAT, dedicada a su vida académica y profesional durante prácticamente toda su vida, no parece que nada ni nadie vaya a doblegarla en su objetivo que es el de hacer cumplir la ley, de una vez por todas, a los que viven del sector y dignificar su actividad tan encanallada en los últimos tiempos. Egla Cornelio cuenta con una herramienta fundamental, imprescindible para estos menesteres, que es su honradez a prueba de Currículum y su exquisita fama pública. Con esas dos premisas pretende influir positivamente y curar la enfermedad que padece el transporte en Tabasco: Su insoportable corrupción e impunidad. ¿A qué llamamos influencia? Hay quien influye sólo en las personas influyentes, pero Egla parece ser respetada por todos. Diría que llega hasta a ser temida, virtud nada despreciable para navegar entre las procelosas aguas a las que se ha tirado a sanear ese espacio repleto de tiburones. El primer día, desde el primer momento, en el que entró en la recientemente denominada secretaría de Movilidad, se encontró resistencias por el simple hecho de que las personas que ingresaran a las dependencia se registraran, obligatoriamente, con su nombre y apellidos de tal manera que se supiera cual era el objeto de su visita, a lo que los coyotes que asolaban el territorio clamaron al cielo con su rechazo. Y empezaron a disminuir los coyotes que hoy solo aparecen levemente, sabiendo de su próxima extinción. Egla Cornelio no está sola, pero se mueve en un mundo machista que tiende a su anulación, por el hecho de ser mujer, y además honrada. Es mucho para soportar entre esa clase de transportistas, duros como una piedra, que solo conocen la razón de la fuerza y no la fuerza de la razón. De momento la secretaria se encuentra haciendo el diagnóstico del estado del transporte en Tabasco, a través de una profunda y exhaustiva investigación, por lo que de momento se han cancelado la entrega de concesiones y permisos. Será hasta el mes de julio de este año, cuando presente sus propuestas de soluciones al Gobernador, López Hernández, entre las que destaca una nueva Ley del Transporte, que regulará las nuevas reglas del juego, limpias, que a partir de ese momento serán sagradas y de obligado cumplimiento. Casi nada.
La Secretaria de hierro: Egla Cornelio pone orden en el transporte público
La Secretaria de hierro: Egla Cornelio pone orden en el transporte público
La Secretaria de hierro: Egla Cornelio pone orden en el transporte público