OBSERVATORIO DE DATOS

Saldos y Costos de la Revolución Mexicana


La Revolución Mexicana fue un conflicto armado que inició el 20 de noviembre de 1910, como consecuencia del descontento popular hacia la dictadura de Porfirio Díaz que derivó en una lucha armada que transformaría radicalmente las estructuras políticas y sociales del país. Se caracterizó por movimientos socialistas, liberales, anarquistas, populistas y agrarios. Sin embargo, no hay evento histórico que no surja de otros precedentes sin llegar a ser origen de otros importantes.

Y la Revolución Mexicana es un ejemplo; se puede marcar su inicio en 1906, cuando la organización del Partido Liberal y la Huelga de Cananea irrumpieron en el escenario nacional como movimientos que marcaron el ocaso del Porfiriato, concluyendo con la promulgación de la Constitución de 1917. Esta guerra civil representó la mayor pérdida y retroceso demográfico en el continente en el siglo XX. En nuestra historia podría ubicarse detrás del impacto que causó la conquista española, cuando la población mesoamericana pasó de 20 a solo 4 millones de habitantes.

Algunas estimaciones calculan entre 2 y 3.5 millones la población víctima de esta revuelta social, aunque dichas cifras se basan en los censos, limitando el cálculo de desaparecidos. El censo de 1910 registró poco más de 15 millones de habitantes, mientras que en 1921 habían 14.5 millones. La Revolución ocuparía el lugar número 8 en muertos por conflictos bélicos del siglo XX. Durante la lucha había poca tecnología militar y malos servicios médicos, así que muchos heridos murieron por falta de atención. También es común encontrar en la literatura la práctica del fusilamiento durante la lucha; sin embargo, fueron pocas las ejecuciones masivas. Se fusilaba a los oficiales, pero a los soldados se les liberaba o se les daba la oportunidad de sumarse al ejército. No así con los traidores. Tampoco hubo campos de prisioneros.

La Revolución no tuvo tantos muertos en los campos de batalla, salvo en años cruciales como 1914 y 1915. Pero sí tuvo muchos decesos indirectos causados por hambre, destrucción de cultivos y ganado, hombres que abandonaron los cultivos para alistarse a algún ejército; así como el uso militarizado de ferrocarriles, provocando hambruna en muchas partes del país al dejar de utilizarse para la distribución de los alimentos.

Investigadores como Javier Garcíadiego, coinciden en que el indefinido costo de la Revolución acumularía más de 1 millón de muertos. Un decenio de mortandad excepcional por muertos en demasía. Fueron 10 años de poca fertilidad, por ello se habla del costo de los no nacidos. Además, bajó la esperanza de vida, en 1910 era de 32 años y para 1917 de 20. Igualmente muchos infantes muertos que no llegaron a los primeros años de vida, ya que el conflicto impactaba indirectamente la salud, la alimentación y la seguridad de todas las familias. Aunado a ello, el deceso de una inestimable cifra de niños y adolescentes enrolados, raptados y levantados para la lucha, pues 4 de cada 10 mexicanos tenían menos de 15 años. Pero la gran mayoría sacrificada fue la población joven adulta, quienes resintieron directamente la violencia. Así, el costo social más realista de la Revolución Mexicana puede alcanzar los 2.5 millones de vidas; de éstos unos 1.5 millones por violencia, enfermedades y epidemias asociadas a la guerra, más de 500 mil mexicanos no nacidos durante ese periodo y cerca de 300 mil desplazados o migrantes.

Las grandes transformaciones sociales ya no deben convertirse en guerras fratricidas que diezmen y  arruinen al mismo pueblo; pero por ese temor tampoco seamos omisos y negligentes dejando en manos de pocos el destino y la suerte de nuestro país. A más de 110 años de aquella lucha armada, las nuevas generaciones deben conocer, dimensionar y reflexionar sobre su costo y legado; para que generen empatía y conciencia sobre su papel activo y decisivo en el debate y el trabajo diario por mejorar los niveles de convivencia, de vida y de desarrollo que merecemos todos los mexicanos. (drulin@datametrika.com/ Investigador Titular, UJAT/ Director General, Datametrika Co.)