AYER fue conmemorada la Expropiación Petrolera que en 1938 decidió el presidente Lázaro Cárdenas del Río. Desde antes de la llegada de Andrés Manuel López Obrador el ahora mandatario federal insistió en la necesidad de una “segunda expropiación”; consideró que Petróleos Mexicanos pasó en las décadas recientes por un periodo de apropiación de “una mafia” para luego ser sometida a un proceso de privatización. Sus palabras ayer fueron más moderadas, pero puntualizó: “nunca más esa pesadilla”.
Sobre la historia de la industria petrolera en México, su impacto social y la situación actual comentamos ayer en el programa Energía Tabasco, emisión conducida por Dulce Chávez y Luis Prats en las instalaciones del diario Presente.
Comparto con usted algunas de las reflexiones que expuse en esta oportunidad.
FACTOR DE DESARROLLO
MÉXICO le debe a la expropiación petrolera de 1938 la posibilidad de crear una burguesía nacional y nacionalista, también para impulsar la industrialización del país. Recordemos que las primeras décadas del siglo pasado nuestra nación estuvo inmersa en una revolución armada y en el reacomodo de los grupos en el poder.
Con la llegada del general Lázaro Cárdenas a la Presidencia se inicia una verdadera transformación. Los militares comienzan a regresar a sus cuarteles y el poder es trasladado poco a poco a manos civiles. Es en esa época cuando un hecho fortuito coloca al general Cárdenas ante la posibilidad de tomar una decisión que permite un cambio estructural: la rebelión de las compañías petroleras privadas, sobre todo extranjeras, obliga a la expropiación para hacer realidad lo ya establecido en la Constitución de 1917.
Unos datos de referencia: a principios del siglo pasado se comenzó la explotación comercial de los pozos petroleros en México. El primero fue el ubicado en El Ébano, San Luis Potosí, que abrió la llamada Faja de Oro que en los años siguientes abarcó Tamaulipas y Veracruz. Parte del Golfo de México. Fue el auge de las compañías extranjeras.
Esta zona llegó a aportar más de medio millón de barriles diarios de petróleo en los años sesenta. El descubrimiento del megayacimiento de Cantarell desplazó el interés a finales de la década de los 70 cuando aportó más de la mitad (dos terceras partes) del crudo extraído en nuestro país. Su paulatino decaimiento por la intensa explotación fue repuesto con el nuevo yacimiento de Ku Maloob Zaap en la misma cuenca de Campeche a partir del 2002. México llegó a tener hasta 3.4 millones de barriles al día. En 2004 ya se había caído a una extracción de menos de 2.5 millones, esto es un desplome de un millón de barriles.
Recordemos también que Tabasco llegó a aportar en los ochentas cerca de un millón de barriles diario de crudo.
EL EXCESO ES DAÑINO
SIN EMBARGO, uno de los efectos de los megayacimientos fue el abandono de la exploración en otras áreas y el desmantelamiento paulatino de Pemex. Se escogió el camino más fácil, pero el más dañino.
En 1921, cuando el crudo extraído de suelo mexicano era controlado por las compañías extranjeras nuestro país llegó a figurar como el segundo productor mundial de petróleo.
En 1934 nace Petróleos de México (Petromex), para fomentar la inversión nacional en esta rama. Al año siguiente, en 1935 surge el sindicato nacional de trabajadores petroleros de la República Mexicana con organizaciones que se habían constituido desde 1915. Sería determinante para los sucesos que desembocaron en la expropiación.
El impacto de los beneficios del petróleo bajo control del Estado Mexicano se vio en los años del llamado desarrollo estabilizador, de 1950 a 1970, pero comenzó a sentirse poco después de la expropiación. Como le decía, permitió consolidar al llamado régimen de la Revolución Mexicana, fortalecer al capital y la industria nacionales. Hubo un crecimiento de la economía del 6 por ciento en promedio hasta la crisis de finales de los setenta y principios de los ochenta.
Lamentablemente la inmensa riqueza propició la corrupción, el derroche y la improductividad.
El crecimiento de Pemex llevó también en los primeros años a un aumento progresivo del número de trabajadores hasta llegar a más de 160 mil. Me comentaba un ingeniero que junto a la corrupción vino el desmantelamiento de la capacidad técnica y profesional de los trabajadores de la petrolera.
Así hallaron las nuevas autoridades a Pemex, en medio de una polémica reforma energética.
AL MARGEN
EL PRESIDENTE López Obrador ratificó un doble mensaje en la conmemoración del 82 Aniversario de la Expropiación Petrolera: se terminó el periodo privatizador que se vivió en Pemex , pero no se revocarán los contratos que se entregaron a partir de la llamada reforma energética. Se respetarán los acuerdos, pero se exigirán resultados, dijo.
Por su parte, el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza –que recibió un nuevo espaldarazo del Presidente, indicó que ante la baja en los precios del petróleo se reforzarán las medidas de austeridad, pero también se exigirá mayor eficiencia. La empresa es rentable, señaló.
MUCHA calma y medidas básicas de precaución, recomendaron ayer las autoridades al registrarse en Tabasco el primer caso de coronavirus. Hasta el cierre de esta columna se tenían documentados en el país 118 contagios. Ocurrió lo previsible, ante la dispersión que este padecimiento ha tenido en el mundo. Resulta muy difícil pero atender las recomendaciones de prevención y al mismo tiempo mantener la mesura, evitar el miedo. Cuenta mucho la manera cómo se comunique, porque también no se puede paralizar al país ni al estado. Limitar los contactos físicos personales y la limpieza, claves.
(vmsamano@hotmail.com)