Y aun así, hay que reconocerlo, en muchas ocasiones las celebraciones ya no son como solían ser, y uno de los ejemplos podría ser el aniversario de la gesta revolucionaria de 1910, que a partir de que el PAN arribó a Los Pinos en el dos mil, se desdibujó y hasta resultó ser un día laboral.
Pero también con el tiempo se han sumado o fortalecido otras conmemoraciones, como las que honran a los antepasados filiales, como son la madre, el padre, el abuelo, o las que han aparecido producto de la evolución de la sociedad, como bien podrían ser la de la mujer, del medio ambiente, o la de las personas con discapacidad, o la de la diversidad sexual, o la de los derechos humanos. Y estas conmemoraciones, junto con tantas más que existen en la vida cotidiana, hacen un cóctel que en un juicio racional en algunas ocasiones aparece como un cúmulo de buenas acciones para la imagen pública más que para el ejercicio de políticas públicas encaminadas a hacer un mundo más justo y equitativo.
Asimismo, existen otras tradiciones como las conmemoraciones religiosas, es más hasta éstas podrían ser las que encabecen a todas las tradiciones ya que son las que determinan el santoral del calendario que rige la contabilidad de los días, las semanas y los meses de nuestro devenir histórico y familiar y personal.
Es decir, en México hay tradiciones religiosas y cívicas, y aunque el país es un Estado laico, son las primeras las que determinan la organización de descanso laboral, y para muestra se cuenta con las vacaciones de Semana Santa o las que se tienen con motivo de la Navidad.
Pero existen otras acciones que ya están adquiriendo el cariz de tradición, como la de cuestionar toda actividad pública o la de evaluar y exigir rendiciones de cuentas a los funcionarios que tienen en sus manos los recursos públicos, y qué mejor acción que el evaluar a la cabeza de la administración pública federal, en este caso a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a quien sus detractores la pretenden minimizar con comentarios misóginos y despectivos, pero a quien la gente de a pie valora muy en positivo, y muestra de ello son los resultados que las encuestas publicadas previo al cumplimiento de los primeros cien días al frente de los designios de los mexicanos, en las cuales sus resultados no pudieron ser más halagüeños y positivos, y para muestra apenas un par de botones de medios no afines a la Cuarta Transformación: El Universal le da el 77 por ciento de aceptación, y El Financiero el 78 por ciento. (*Escritor)
Y sí, todo indica que en estos cien días de gobierno la presidenta Sheinbaum va a celebrar y a presumir, y hacemos votos para que en los cinco años nueve meses que le faltan esto se consolide como una nueva tradición mexicana tangible en los bolsillos y en la tranquilidad de todos los mexicanos.