Ganar la elección con holgura, inclusive obtener el carro completo el dos de junio, no será el principal y único desafío que tendrá Javier May Rodríguez, abanderado de Morena. Si bien es importantísimo para el movimiento fundado por Andrés Manuel López Obrador ganar todo en la jornada electoral, lo será aún más cuando el senador con licencia ocupe la silla principal de Plaza de Armas.
Hay muchas expectativas en torno a su candidatura a gobernador, cifradas esperanzas de que cuando asuma el cargo Tabasco tendrá otro destino, le irá mejor. De Javier May se expresan quienes lo conocen que es un hombre surgido de la cultura del esfuerzo, con experiencia administrativa y política, sabe y conoce bien lo que el pueblo necesita para salir adelante.
La tarea de gobernar será ardua. La reconstrucción del estado y del tejido social no es cosa fácil, implicará mucho esfuerzo y, sobre todo, un cambio de mentalidad, indispensable para no repetir lo mismo de siempre, como bien lo dijo en su discurso del domingo pasado.
Quienes vayan a ser sus colaboradores, deberán estar en la misma sintonía, entender que no se pueden seguir reproduciendo los vicios del pasado. El cambio que propone el candidato de Morena y aliados, es de fondo no de fachada. Ojalá así lo entiendan quienes se están sumando a lo que ven como una propuesta ganadora. Claro, falta la decisión del pueblo.
Si se quiere devolver la esperanza al pueblo, mandar obedeciendo, se tiene que asumir una actitud diferente para estar a la altura que las circunstancias demandarán una vez que sean gobierno. Javier May es un político de principios y convicciones ha dicho AMLO, que hace valer su palabra. Prometió no fallarle al pueblo.
Es momento de un cambio verdadero, que tanto se le ha escatimado a Tabasco en el pasado.