EN ESTOS días, muchos de nuestros lectores nos han permitido reflexionar y revalorar la importancia del formato impreso. Hemos agradecido públicamente en especial a los que siguen como suscriptores y a quienes también continúan fieles a la edición en papel. En el caso de Presente, Diario del Sureste, es un periódico que tiene ya 63 años de fundado. Hay otras publicaciones regionales como el Diario de Yucatán que suma 96 años (fundado en 1925) o El Dictamen, de Veracruz que rebasa el siglo, 123 años (fundado en 1898). Es, por eso, el “decano de la prensa nacional” entre los que todavía circulan.
En Villahermosa, Tabasco, mencionamos en otra ocasión, Rumbo Nuevo es un diario fundado en 1943, y aún vigente, aunque ha tenido épocas que su publicación fue interrumpida, pero fueron histórica sus polémicas con los editores de El Censor, encabezados por el prestigiado poeta José María Bastar Sasso. La mayoría de los impresos no sólo en el estado y el país, sino en el mundo, enfrentan dificultades frente a la avasallante presencia de lo digital. Sin embargo, las publicaciones en papel siguen teniendo especial relevancia.
Un ejemplo inmediato: la ley todavía reclama que un edicto se publique “en los diarios de mayor circulación” y que el impreso sea presentado como evidencia documental, me comenta un amable lector. Para efecto de otros juicios legales, el soporte en papel sigue teniendo relevancia determinante. Hay experiencias recientes en las cuales publicaciones en Diario Presente fueron valoradas en función de la antigüedad que tiene este medio.
EL DE MAYOR DURACIÓN
SIN DESCONOCER la importancia creciente de la digitalización, el documento impreso –en nuestro caso los periódicos y revistas-, sigue siendo fundamental. No sólo por su valor legal, sino porque así se preserva la memoria de lo que aún no ha sido trasladado a los medios electrónicos. Los investigadores de cuestiones históricas, culturales, sociales, etcétera, recurren a estas fuentes documentales.
Recordemos –como señala el investigador Oscar Silva Zamora- que el papel es el soporte más duradero que se conoce hasta ahora. Destaca que “la industria editorial tal como la conocemos ahora tiene más de 550 años de existencia” en el mundo. (Los documentos manuscritos, impresos y electrónicos: situación actual y perspectivas)
En los impresos están registradas las filias y fobias. Hay datos erróneos o estados de ánimo que puestos en una página no se pueden borrar y sólo aclarar en la siguiente edición.
Decía Renato Leduc que el periodismo era la historia de lo inmediato, aunque agregaríamos que es lo inmediato que permanece en los impresos.
Varios historiadores e investigadores acuden a las hemerotecas, públicas o particulares, para consultar un dato, la crónica de un suceso, hasta las reflexiones y opiniones del momento. El diario impreso y los impresos en general son, hasta el momento, ayuda contra los olvidos.
Es popular la frase “papelito habla” para subrayar la importancia de lo que está escrito en el papel. Hubo programas de gobierno que llevaron ese nombre, como en el caso del Infonavit (el fondo de vivienda), o la campaña del testamento así como la regularización de la tenencia de la tierra.
Cito nuevamente a Silva Zamora: “Los repositorios electrónicos son cada vez más numerosos, pero no se tiene la certeza de que dentro de cien o 200 años estarán disponibles para las futuras generaciones, cuestión que en el caso del libro impreso no tiene sentido. El soporte en papel ha demostrado ser de mayor duración que el soporte electrónico. No obstante, el documento electrónico es consultable, transportable, imprimible, pero con un buen sistema de seguridad es poco probable que se destruya o se mutile, que es uno de los riesgos del papel”. Como sea, los impresos siguen siendo nuestra referencia en comunidades donde aún es difícil el acceso permanente, ágil y seguro a los medios electrónicos. El futuro avanza.
AL MARGEN
LEO EN Masquelibros, imprenta líder del sector: “El formato impreso es ecológico. Aunque pueda parecer lo contrario, los libros, revistas y folletos en papel son menos contaminantes que los medios digitales. Es cierto que se utilizan árboles para fabricar el papel, y esto genera un impacto en el medio ambiente, pero es solo una vez (hay reciclables). En cambio, cada vez que se quiere acceder a un formato digital se necesita energía, generando un impacto continuo en el planeta”. (Madrid, 29/XI/2019)