LA GENEROSIDAD DEL CEMPASÚCHIL

La emblemática planta Tagetes erecta L., mejor conocida como cempasúchil o marigold

"Los muertos no le dan guerra a nadie; pero lo que es lo vivos, no encuentran cómo mortificarle la vida a los demás. Si hasta se medio matan por acabar con el corazón del prójimo".

Juan Rulfo

JORGE QUIROZ CASANOVA

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JORGE QUIROZ VALIENTE

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La emblemática planta Tagetes erecta L., mejor conocida como cempasúchil o marigold, es una especie apreciada en México por su uso en ceremonias o rituales tradicionales, como en el "día de muertos" o para limpiar la casa de malos espíritus. También en la India y en Nepal forma parte de una diversidad de rituales y festividades. Detrás de los vívidos colores de la flor del cempasúchil hay un cultivo con mucha historia y con un enorme potencial que explotar en una variedad de industrias, incluso en la farmacológica.

El género Tagetes abarca 56 especies distribuidas entre el norte y el sur de América; entre 24 y 30 especies de ellas se encuentran en México, considerado un país centro de alta biodiversidad. Por ser plantas aromáticas, las especies de Tagetes tienen aplicaciones tanto ceremoniales y ornamentales, como en la producción de aceites esenciales, larvicidas naturales, insecticidas y antibacterianos. Asimismo, se utilizan como antioxidante y citotóxico y se les da uso como cosmético, antidiabético, antilipidémico y antiinflamatorio para las vías respiratorias.

Nunca está de más explorar esos conocimientos. La evaluación de los efectos terapéuticos de las plantas en estudios clínicos es un proceso riguroso, y la comprensión, la preservación y el respeto del conocimiento ancestral en la era de la biomedicina son un elemento esencial de la investigación etnofarmacológica moderna. Al integrar las plantas medicinales en el discurso científico, se examinan los registros históricos y etnobotánicos junto con la investigación de los metabolitos de las plantas, lo que ayuda a desarrollar un perfil farmacológico y comprender su potencial terapéutico. Sin embargo, a veces existe una disparidad notable que revela una discrepancia entre el discurso medicinal tradicional y el moderno. 

El concepto de "medicina tradicional" se ha convertido en un elemento fundamental en la investigación y la práctica médica. El término "medicina tradicional" se empezó a utilizar más ampliamente a partir de los años 1960, y muchos de los primeros artículos se centraban en la denominada Medicina Tradicional China. En el caso del cempasúchil, sus múltiples usos, incluidos los medicinales, se originaron en las culturas mesoamericanas. 

Antes de la llegada de los españoles, la medicina mesoamericana estaba profundamente entrelazada con los rituales y la religión, atribuyendo el origen de las enfermedades a castigos divinos o males inducidos. Se creía que el cempasúchil encarnaba la presencia física de algunos dioses, lo que indica el potencial de dichas plantas para aliviar afecciones atribuidas al castigo divino durante ese período. La conquista española marcó un punto de inflexión significativo en la historia de las plantas medicinales como el cempasúchil. Esta era estuvo marcada por amplios intercambios culturales y religiosos, lo que resultó en un sincretismo de creencias y prácticas (mestizaje). En ocasiones, la mezcla no se dio de manera orgánica, sino por medio de imposiciones. La introducción del cristianismo en el "Nuevo Mundo" fue muy inflexible, y a menudo entró en conflicto con los rituales indígenas, especialmente aquellos que involucraban plantas como el cempasúchil

Como resultado, la flor de cempasúchil adquirió una nueva identidad en Europa, transformándose en un símbolo de belleza y valor ornamental, pero a cambio se vio amenazado su conocimiento y valor ancestral. Para entender completamente la relevancia cultural de esta especie, es crucial no sólo considerar su perfil químico y sus aplicaciones farmacológicas y clínicas, sino también examinar cómo diferentes culturas le han sacado provecho a lo largo de la historia.

En la era contemporánea, la flor de cempasúchil ha trascendido sus usos tradicionales, asumiendo nuevos roles en los ritos de varios países y convirtiéndose en un recurso esencial en industrias como la avícola y los suplementos dietéticos. Aun así, conserva su identidad como la mundialmente reconocida "flor de los muertos" y personifica la evolución dinámica de la historia botánica y la adaptación cultural. 

Cada año, durante las celebraciones del Día de Muertos (1 y 2 de noviembre), México se adorna con el vibrante color y el fragante aroma del cempasúchil. Su flor tiene un profundo significado simbólico y está fuertemente arraigada en la cultura mesoamericana. Es una flor multifacética que ha desempeñado numerosos papeles y, para cualquier mexicano, sigue siendo indeleblemente "la flor de los muertos". Esta perdurable relevancia cultural subraya su importancia más allá de sus diversas aplicaciones utilitarias. La flor y su color de ocaso se han inmortalizado por su mera presencia en el tejido cultural y emocional de la sociedad mexicana. Y no conformes con eso, nos tiende la mano y nos cura. Explorar el conocimiento medicinal alrededor del cempasúchil y no perder el asombro es, también, una forma de abrazar su valor y su historia.