"El out más difícil de sacar es el 27" o "esto no se acaba hasta que se acaba" son frases muy conocidas dentro del argot beisbolero, por cierto muy de moda en estas semanas en que se determina que franquicias jugarán la final del béisbol de grandes ligas, circunstancia que aprovecho para escribir sobre la física y matemáticas que se aplican en el llamado rey de los deportes y realizar este proceso llamado divulgación científica y para fomentar esa otra parte llamada apropiación social de la ciencia, así como fomentar la lectura, lo que en conjunto se traduce al menos en teoría, en un incremento de la cultura científica de nuestra sociedad.
Son varios temas de física clásica los que podemos desarrollar hablando de beisbol, por ejemplo calcular el tiempo que tiene el bateador para chocar la pelota cuando el lanzador tira la esférica hacia el receptor, pero para eso es necesario conocer dos cuestiones muy importantes, primero las dimensiones del campo de juego, y segundo, las reglas del mismo para comprenderlo, así es la ciencia, cuando se trata de cuantificar, lo primero que tenemos que hacer es definir las variables, el tiempo, masa, distancia, velocidad, entre otras.
Las dimensiones del campo de juego y las estadística de cada partido son parte de las matemáticas, la forma de lanzar y batear son parte de la física. Las distancia entre bases es de 27.43 m y la distancia del lanzador al receptor es de 18.44 m en tanto que la velocidad de la pelota es en promedio de 95 mi/h o 152 km/h, esto equivale aproximadamente a 42 m/s, por lo que el bateador cuenta con un tiempo equivalente a 18.44 m dividido entre 42 m/s lo que da un resultado de 0.44 s, es decir menos de medio segundo, lo que significa que golpear la pelota es un acto reflejo y no un acto consciente, dado que nuestro organismo necesita como mínimo medio segundo para analizar la información y realizar un acto consciente, pero hay mucha más matemáticas y física en este deporte de lo que aquí pueda mencionar, por ejemplo el efecto Magnus relacionado con el giro de la pelota concicionado por las costuras de la misma, dado que no es una esfera cuya superficie sea lisa y hay que sumarle el efecto de la aceleración de la gravedad (g) que hace que la pelota caiga drásticamente en su viaje desde el lanzador hacia el receptor.
El sueño de todo beisbolista es pegar un home run, con las bases llenas, en la novena entrada del último partido de la gran final y sobre todo un garrotazo por todo jardín central, por los 400 pies de longitud (121.9 m), por eso se dice que cuando algo es bueno, pues "está por los 400", pero permítame describir en términos físicos ese hipotético batazo cuya trayectoria es un tiro parabólico, es necesario que la pelota salga del bat con una velocidad de entre 35 y 40 m/s y un ángulo de entre 60 y 45 grados, para después aplicar una fórmula sencilla que dice que la distancia d es igual a la velocidad al cuadrado, multiplicada por dos veces el ángulo y dividir ese producto entre el valor de la gravedad, g = 9.8 m/s2. Agradezco las pláticas y cálculos sobre beisbol con mi amigo constructor Jaime Merodio, así como al ex pitcher de liga mexicana Ramón Merodio.
(*Ingeniero Civil por el ITVH, profesor de matemáticas en nivel medio superior y superior, promotor cultural y presidente del Club de Ciencias Arturo Rosenblueth, A. C. )