El esperado 15 de septiembre, cuando por la noche acostumbramos celebrar el inicio de la lucha por la independencia —que no es el día de la independencia, como algunos despistados creen—, es motivo de fiesta, jolgorio y hasta desenfreno. ¿No le parece curioso que los mexicanos tengamos una rara predilección por festejar la fecha del "embarazo" y no la del "nacimiento"? A una buena parte de la población le pasa desapercibida la fecha de la consumación.
Hay de todo, menos una profunda conciencia acerca de lo que representa la mexicanidad. Un primer paso para arraigar la identidad es conocer y comprender los eventos históricos que dieron lugar a esta conmemoración, en torno a los cuales se han dicho muchas cosas, algunas reales y otras producto de la imaginación. Quizá le interesen algunos datos:
El nombre completo del cura Hidalgo era Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla y Gallaga Mondarte Villaseñor.
El personaje que tocó la campana de Dolores fue José Galván, el campanero de la parroquia, y no Miguel Hidalgo, como sugieren los cuadros alegóricos de aquel momento trascendental. El contexto fue el llamado a misa, lo que pudo ocurrir entre las cinco y seis de la mañana del 16 de septiembre, aunque la hora exacta es incierta.
El llamado "Padre de la Patria" ha sido representado portando un estandarte de la Virgen de Guadalupe, la máxima figura católica de México desde el siglo XVI. Sin embargo, el día del "Grito de Dolores" no mostró su icónico estandarte rectangular; lo hizo posteriormente, una vez iniciada la lucha.
Cabe señalar que el historiador y escritor Carlos Herrejón Peredo, especializado en la historia virreinal de Nueva España, cita al capitán independentista Juan Aldama, testigo del "Grito de Dolores", cuando menciona que entre las palabras pronunciadas por Hidalgo esa madrugada, habría dicho: "Hijos, ayúdenme a defender la patria. ¡Se acabó la opresión, se acabaron los tributos! El que me siga a caballo tendrá un peso. Y el que me siga a pie, cuatro reales". De ser cierto, desde entonces se vislumbraba que hay convicciones ideológicas y movilizaciones sociales que, sin algún otro tipo de estímulo, simplemente no funcionan.
"Cuenta la historia" —así reza la popular frase— que la primera conmemoración del "Grito de Independencia" fue llevada a cabo por Ignacio López Rayón el 16 de septiembre de 1812 en Huichapan, ahora estado de Hidalgo, cuando la brega por la libertad aún era un proyecto en ciernes. Empero, se ha difundido la creencia de que en 1895 Porfirio Díaz cambió la celebración del "Grito de Dolores" a la noche del 15 de septiembre para que coincidiera con su cumpleaños; no obstante, como es de suponerse, ninguna fuente oficial lo confirma. Lo que sí consta en los archivos de actas de cabildo de la Ciudad de México, correspondientes a 1825, es que ese año la Junta Patriótica introdujo un rasgo festivo al programa de la celebración septembrina, que consistía en el repique de campanas y el estallido de cohetes a las 11 de la noche del día 15.
En 1910, al cumplirse 100 años del inicio de la independencia, Porfirio Díaz gritó desde el balcón central de Palacio Nacional; sin embargo, al momento de tocar la campana, esta no sonó. Se dice que algunos partidarios de Madero —que se encontraba preso luego del fraude electoral de junio de 1910— lograron ponerle un trapo al badajo de la campana, nada que no pudiera corregirse en el momento para seguir con el festejo.
Como pueden notar, este acontecimiento suscita muchos pasajes y es fuente de inspiración de un sinfín de mitos. Para mí, siempre será una valiosa oportunidad para hacer una especie de inventario cívico-popular.
En este 15 de septiembre, la célebre pregunta del compositor y cantante Chava Flores continúa rondando: "¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano? / ¿A hacerte rico en loterías con un millón? / Mejor trabaja, ya levántate temprano / Con sueños de opio solo pierdes el camión".
¡Que disfruten con fervor patrio esta conmemoración!