En México la Deuda Pública es casi totalmente federal, tanto del gobierno como de sus organismos, siendo unas 20 veces más grande que la deuda de todos los estados, los municipios, y sus organismos.
Así, la Deuda Pública Nacional es el 95% federal, y el 5% estatal y local. También, en proporción a los Ingresos libres de compromisos con otros niveles gubernamentales, la Deuda Federal pesa mucho más que la Deuda Estatal y Municipal, siendo el primero un 300% de esos Ingresos, mientras que, para los locales, es el 70% aproximadamente.
Por lo anterior, aunque ambas deudas, la federal y la local, requieren de mucho cuidado en su administración, y más que nada su ampliación, por el simple volumen, la Deuda Federal requiere un análisis que hacemos en esta parte de nuestra serie para Diario PRESENTE sobre el Endeudamiento Público. El análisis de la Deuda Local lo haremos en una entrega siguiente.
MÁS DE 14 BILLONES
El total de la Deuda Pública Nacional rebasa los 14 billones de pesos. Convencionalmente, se la compara con el PIB, el monto económico más grande de un país, para establecer que es “solo” el 50% del PIB. Pero, la Economía Pública suma solo el 25% de la Economía Nacional. La Deuda Pública se paga de los Ingresos Públicos, no del PIB que suma los Ingresos Públicos mas los Privados y varios otros conceptos.
Es como si un empleado compara su deuda personal con los Ingresos Totales de la empresa en donde trabaja, y concluye que su deuda es de poca cuantía relativa, realmente muy viable. Desde luego, si prospera esa empresa y si el empleado está bien valorado, también sus ingresos personales pudieran crecer en consonancia con los ingresos de esa empresa. Pero, el empleado paga los intereses y el principal de su deuda con sus ingresos personales, no con los de la empresa. Y por ello, en toda comparación de la deuda, hay que tomar en cuenta los ingresos (o gastos) y la deuda del mismo ente, no mezclando los entes.
Por ello, para reducir la percepción del peso de la Deuda Pública, es un truco conceptual armado no solo en México, sino en todo el mundo, compararla con el PIB, algo superior aun a los Ingresos Totales Nacionales y 4 o 5 veces más grande que los Ingresos Públicos.
En el caso de México, el peso de la Deuda Publica Federal es dos veces el tamaño de los Ingresos Federales anuales que la soportan. Y, en consecuencia, el financiamiento de los cobros sobre la Deuda Federal engulle el doble de todo el crecimiento de los Ingresos Federales.
De hecho, la posición del endeudamiento federal es peor de lo que estamos señalando, ya que todos los Ingresos Federales no son propiedad del Gobierno Federal. Los estados y municipios son los dueños de casi la sexta parte de los Ingresos Federales, y el Gobierno Federal está obligado por nuestra Constitución, mediante la Ley de Coordinación Fiscal a regresar a los estados y municipios mediante Participaciones, esa sexta parte de los Ingresos Federales del Sector Publico. Otra sexta parte corresponde a los Gastos Coordinados con los estados y municipios, esencialmente una desconcentración del Gasto federal que efectúan los niveles locales, básicamente en Educación Pública, pero también en menor grado en Salud y casi todos los temas federales relevantes que son atendidos por los gobiernos locales. De esta manera, los verdaderos Ingresos Federales del Sector Publico se reducen en un 30% del Total.
La carga de la Deuda Federal también se puede ver como una relación entre los pagos anuales sobre esa Deuda y el crecimiento de los Ingresos Federales que sostienen el pago anual, el cual suma casi un billón y medio de pesos, el doble del monto del crecimiento de los Ingresos Públicos Nacionales. La principal razón del estancamiento de la economía pública, y de ahí, de la economía nacional en su conjunto, ya que esta última depende de la infraestructura y servicios que otorga la economía pública a la nacional.
La carga de la deuda, por tanto, afecta directamente a la población en su conjunto. Lo invito a que me acompañe en esta serie para explicarnos algunos aspectos e impactos de la deuda federal. (EL AUTOR ES DOCTORADO EN ECONOMÍA POR LA UNIVERSIDAD DE PENNSYLVANIA, 1971. COLABORADOR DE DIARIO PRESENTE ENTRE OTROS MEDIOS)