En los hechos, hay a quienes les empieza a quedar claro que el gobernador Javier May Rodríguez pareciera estar librando dos batallas en la titánica tarea de gobernar Tabasco.
Así es. Una cosa es la lucha por recuperar la paz y tranquilidad ante los riesgos que representan las bandas delictivas y otro tema es el acoso persistente de aquellos grupos y/o clase política que, al sentirse desplazada, mantienen una guerra soterrada haciendo especulaciones o lanzando denuestos tratando de minar la credibilidad del quehacer gubernamental.
Dos batallas, dos escenarios evidentes que no pueden ocultarse y que, desafortunadamente –al verse entrelazados— forman un caldo de cultivo bastante complejo con la clara intención de mostrar un ambiente de ingobernabilidad en detrimento de lo que realmente anhela la mayoría del pueblo tabasqueño, el progreso social.
Y hay quienes dicen, por ejemplo, que tal vez la batalla oficial vs la delincuencia ha sido tan intensa que ha golpeado fibras tan sensibles al extremo de que las reacciones estarían viéndose reflejadas en el terreno de la otra batalla frontal que han desatado aquellos que, escondidos tras bambalinas, arrojan la piedra y esconden la mano. Aunque algunos ya ni la mano esconden.
Lo cierto es que en lo que respecta a la dura faena que libra el gobierno encabezado por el comalcalquense para poner orden y recuperar la tranquilidad social de los tabasqueños el poder central –léase la Presidenta Claudia Sheinbaum-- la está brindando las herramientas necesarias para fortalecer el trabajo institucional en materia de seguridad.
Véase, por ejemplo, el arribo reciente a Tabasco de otros 300 elementos del Ejército Mexicano que, agregados a los enviados con anterioridad, llegaron a sumarse a las estrategias que junto con la Secretaría de Marina, la Guardia Nacional y las autoridades policiacas locales están aplicándose con el objetivo de someter a control a los grupos delincuenciales.
Pero una cosa es el trabajo institucional en materia del combate a esos grupos delictivos, y otro tema es el relacionado con todos aquellos emisarios y propagadores de mensajes catastróficos que ocupan distintos medios –verbi gracia, las redes sociales-- en una guerra mediática buscando mostrar a Tabasco como una entidad apanicada absolutamente fuera de control.
Y en todo esto, lo más grave es el hecho de que en Tabasco pronto empezaran a sentirse los efectos de esas batallas en el sector económico lo que, indudablemente, podría afectar a todos los tabasqueños en conjunto.
Ojalá y los agoreros del desastre lograsen entenderlo: Tabasco necesita hacer un frente común, cerrar filas y construir –junto con sus autoridades-- un escenario de paz que permita a todos los tabasqueños reencauzar la ruta del progreso.
Entrelíneas....
Interesante el ejercicio que realiza la alcaldesa Yolanda Osuna Huerta con los delegados y jefes de sector que recientemente se incorporaron a la actual administración municipal con el fin de identificar necesidades sociales en todo el territorio centrense y, a partir de ahí, generar estrategias de trabajo en conjunto. ***Entre las demandas expresadas por los delegados, se encuentran la necesidad de mejorar la infraestructura vial, los sistemas hidráulicos y la iluminación pública, entre otros. La alcaldesa destacó que estas reuniones permiten identificar las problemáticas más urgentes y priorizar las acciones para abordarlas. Este enfoque en la colaboración y la atención a las necesidades de la comunidad se alinea con las prioridades de la administración municipal, que incluyen fortalecer los servicios públicos y la infraestructura, impulsar la educación y la cultura, y promover una vida saludable. (altar_mayor@yahoo.com.mx)