Para muchos padres, ser amigo de los hijos es el objetivo pues creen que así serán confidentes y compartirán con ellos todas sus alegrías e inquietudes. Estos criadores desean establecer una relación cercana, amorosa, comunicativa que les permita saber cómo están sus hijos, qué piensan, cómo se sienten, cuáles son sus dificultades, sus gustos, preferencias, amistades, etc.
Esta actitud en la relación es muy buena siempre y cuando este acercamiento no se traduzca en el mensaje de somos amigos. Siempre pensamos que estos son mensajes positivos y que animan a los hijos pues la figura del amigo nos parece más abierta, simpática, confidente y que se da a la compresión y a la cercanía.
Pero si tú le ofreces a tu hijo ser su amigo ¿dónde queda entonces la figura de padre o madre? Tu hijo puede tener todos los amigos que desee, puede cambiar o ignorar a cualquiera, pero sólo te puede tener a ti como padre o madre. Mi amigo puede, en algun momento, simplemente dejar de serlo si no compartimos opiniones o tenemos algun conflicto. Mis pades nunca dejaran de serlo sin importar los inconvenientes. Convertirnos en amigo de los hijos implica, sin duda alguna, de forma retórica, dejarles huérfanos.
Los hijos, de cualquier edad, necesitan siempre tener como referente la figura de los padres. Una figura de disciplina cercana que estén con ellos y por ellos, que les ayude con sus dificultades y que también ponga límites, que les diga lo que sí pueden hacer y lo que no, hasta dónde pueden llegar y sepan permitir a sus hijos la consecuente frustración saludable, es decir, cuando no obtienen lo que desean sin volverse locos.
Si nos convertimos en amigos de los hijos, les estamos dejando sin el referente de control que necesitan para crecer de forma sana. Un amigo es un igual. La relación con un amigo es de «tu a tu». La relación con un padre o madre nunca debe ser de igual a igual. Sí debe ser cercana, abierta, amorosa, flexible, honesta, comunicativa («soy tu madre, me lo puedes contar con toda confianza; soy tu padre y me gusta saber qué te preocupa; no soy tu amiga pero juntas nos vamos a divertir mucho; soy tu padre y puedes contar siempre conmigo, etc.), pero siempre teniendo en cuenta que el padre y la madre son una figura de autoridad, un referente situado en una escala jerárquica superior.
(Psiquiatra/Paidopsiquiatra, colaborador de PRESENTE)