A VECES. SOLO A VECES me pongo a pensar en otras rutas que hubiera tomado mi vida, de no haber sido ésta muy conocida para mí, de estudiante normalista, profesor foráneo, y escritor de textos, rumiante de sueños y anhelos. No porque me arrepienta ni sea como un guajiro que le da por soñar, sino como mero ejercicio de imaginación.
SOY AFORTUNADO, SIN DUDA. No tengo deudas. Aunque muchas dudas las sigo teniendo. Por ejemplo no sé el quién, cómo y cuándo del origen del universo y la vida. Y sobre todo para qué, si seguro estábamos bien sin conocer esta lúdica existencia. Y pudimos solamente soñarla desde algún confín. Y me queda la duda al fin, si no es eso lo que está sucediendo, de que solo la estemos soñando, como bien escribiera Calderón de la Barca.
YO GUSTOSO FIRMARÍA PALABRA a palabra el poema "En Paz", de Amado Nervo, y más en ese "amé y fui amado", que bien el poeta acomodó a su nombre, y como dicen que origen y nombre son destinos, no sé cómo el Antonio pudo influir para que este ser tuviera el destino del cual me reitero afortunado. Mas creo que aún no es tiempo de hacer balance. Ya llegará el día de retirarse y espero sea en armonía y paz.
Y ES ENTONCES QUE VUELVO a lo mismo de pensar en qué otras rutas mi vida pudo haber tomado, en las que fuera por cierto, también yo afortunado, si no qué caso tendría elucubrar. Y doy rienda a mi imaginación. Ya de juego en otro texto he escrito que pude ser faquir, mago o loco. Sacerdote de algún culto o gurú de autoayuda, eso creo que no, ni nunca. Tengo otra forma de ver la vida. En todo caso valoraría el hecho de que pude ser gurú de mí mismo para guiarme yo con mis defectos, procurar menos errores, y cosas sencillas así por el estilo.
¿PUDE SER GUITARRISTA? Me hubiera gustado hacer reír la guitarra, con combinaciones de acordes y requinteos tipo de tantos maestros que he visto, en cine y en televisión, que no nombro a alguno, por tenerles envidia. Me asomo a unos videos tutoriales. Y miro con qué destreza hacen mover los dedos y pasar de un traste a otro, sacando nota a nota bellas melodías, con mucho desparpajo, como si ya hubieran nacido para eso. Y me pongo a practicar, y llora mi guitarra, no porque toque bien, sino porque toco mal, y alguna cuerda se revienta, y mejor la dejo que siga durmiendo el sueño de los justos, guardada en el rincón, donde me espera sensata, que me dedique un poco más, cuando menos lo mínimo para llevar serenata, en acompañamiento, porque en voz, dios o la creación, me quedaron a deber. Pero agradezco el tener voz para hablar y poderme expresar.
PUDE SER JARDINERO, como mi padre Juan, de quien me enorgullezco siempre, por su buen corazón y su honradez sin falsa modestia. Qué orgullo. Como jardinero si encontraba, como sucedió alguna vez, alguna cadena de oro olvidada en el jardín, tocaba la puerta para entregarla, o cartera o relojes. Pude ser jardinero sea en Matamoros o en Texas. Y pasármela entre cortar pasto y guiñar un ojo a las flores, todas ellas tan bellas y algunas con aroma de perfume natural. Yo lo veía a él cómo en el rostro reflejaba la gracia cuasi divina de ponerles fertilizante a las plantas. Y él en gracia miraba los botones y las imaginaba flor en plenitud.
PUDE SER RELOJERO. Cuando mi padre llevaba su reloj a reparar, yo miraba al técnico en relojería, cómo con un monocular se asomaba a las piececitas invisibles al ojo humano natural, y con unas pinzas chiquititas le quitaba o ponía alguna pieza con tanta dedicación, que yo me decía en la edad de 8 años, que debía ser precioso meternos a mirar las cosas pequeñas. Luego supe del microscopio, que era para mirar lo que de plano el ojo humano no mira, ni la imaginación imagina, pero que está muy cerquita. Luego supe del telescopio para mirar de cerca la luna y las estrellas. Y entonces me supe pequeño. Y mejor me soñaba ser relojero, para sentirme grande ante lo minúsculo. (Continuará)