En la lírica del poeta español Antonio Machado el tiempo reclama un lugar especial. Lo exige, también, el necesario deseo de relacionarse con los otros, buscarlos y encontrarlos a la vera del camino para evitar la soledad. Resulta inspirador ocuparnos de algunos de sus instruidos versos, cuando estamos a unas horas de cerrar un año y comenzar otro.
El octosílabo con el que doy nombre a la presente colaboración —"Hoy es siempre todavía"— proviene del ingenio del bardo sevillano que atavió su obra con rasgos románticos, elevado compromiso humano y contemplación de la existencia.
"Hoy es siempre todavía" son más de cuatro simples palabras: la expresión aparece de modo recurrente en "Proverbios y cantares", dedicado a José Ortega y Gasset. Por cierto, aunque en varias páginas de Internet se atribuye a Machado una explicación a este verso, en realidad fue el cantautor Ismael Serrano el que comentó —en concordancia con Machado— que "toda la vida es ahora. Y ahora, ahora es el momento de cumplir las promesas que nos hicimos. Porque ayer no lo hicimos, porque mañana es tarde. Ahora".
La idea con la que Serrano alude a Machado es retomada de su melodía "Ahora", incluida en su cuarto álbum recopilatorio que tituló "Todavía" (2018). En esta canción el cantautor español escribió: "Ahora es el momento de volver a empezar... Se cayeron mis alas y yo no me rendí... Brindemos que hoy es siempre todavía, que nunca me gustaron las despedidas".
Aunque no me consta, es probable que Serrano, profuso lector de los poetas Luis García Montero, Mario Benedetti y por supuesto Antonio Machado, también se haya inspirado en aquellos versos de este último que dicen: "¡Oh Tiempo, oh Todavía / preñado de inminencias!, / tú me acompañas en la senda fría, / tejedor de esperanzas e impaciencias".
El caso es que, ante el inexorable paso del tiempo, cuando estamos ya en las postrimerías de 2023 y apenas a un paso de inaugurar un nuevo ciclo, la lírica del poeta español nos sugiere recordar que la vida es un instante, que una abrazadora esperanza puede librarnos de la oscura idea de caminar por un sendero sin salida, que para convertir a la esperanza en motor de la existencia es preciso estar bien despiertos, que las dificultades dejan de hacer mella en nuestras vidas cuando suponemos que cada día es el mejor del año, o que, como también diría T.S. Eliot, "las palabras del año pasado pertenecen al lenguaje del año pasado. Las palabras del próximo año esperan otra voz".
Estas fechas son propicias para leer "Proverbios y cantares", el conjunto de composiciones con significativo peso filosófico que Machado dedicó a Ortega y Gasset. A manera de epílogo les comparto una muestra (omito las divisiones de los versos para hacer más fluida su lectura):
"El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve. [...] Todo narcisismo es un vicio feo, y ya viejo vicio. Mas busca en tu espejo al otro, al otro que va contigo. [...] Busca a tu complementario, que marcha siempre contigo, y suele ser tu contrario. [...] Despacito y buena letra: el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. [...] Despertad, cantores: acaben los ecos, empiecen las voces. [...] Viejo como el mundo es —dijo un doctor—, olvidado, por sabido y enterrado cual la momia de Ramsés. Mas el doctor no sabía que hoy es siempre todavía. Busca en tu prójimo espejo; pero no para afeitarte, ni para teñirte el pelo. Los ojos por que suspiras, sábelo bien, los ojos en que te miras son ojos porque te ven. [...] Hora de mi corazón: la hora de una esperanza y una desesperación. Tras el vivir y el soñar, está lo que más importa: despertar".
Les deseo dicha y salud. ¡Venturoso año 2024!