*En dos hipótesis se requiere habilidad, capacidad y visión de Estado
*La nación de la política pendular; un futuro más moderado
*Ganar las elecciones, es seguro: ganar el gobierno, será el reto
EN VISPERAS de una sucesión gubernamental en Tabasco pregunté a un estudioso de los procesos históricos y políticos cómo veía los desafíos de quien asumiría la jefatura del Poder Ejecutivo estatal en ese tiempo. Me respondió sabiamente: "esto es como en una competencia olímpica: si el atleta que acaba de pasar puso la vara a un metro, el que sigue tiene que saltarla más alto, unos centímetros más o imponer un récord; pero si la vara está a ras de suelo basta con pasarla caminando".
Ilustraba así cómo quien dejaba el cargo en realidad había hecho muy poco –y en el gobierno hacer poco es aumentar los rezagos-, de manera que su relevo tenía una medida muy fácil de superar. Esto es, que lo que hiciera bien se notaría...mientras no hiciera algo tan malo que opacara a su predecesor.
La política al final de cuentas es un proceso de comparaciones, una sucesión de hechos más allá de los discursos.
ENTREGAR LA ESTAFETA
AHORA que el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha vuelto a referir a una sucesión todavía lejana en el tiempo –dos años-, pero acortada por la dinámica de la política impulsada por él mismo, me parece pertinente referirme al símil de la comparación entre el que deja el juego y quien entra al relevo.
Dijo ayer AMLO: "estoy seguro que voy a entregar la estafeta a quienes van a continuar (...) eso me tiene muy contento, porque no va a haber marcha atrás (...) No, ya no van a regresar los corruptos, no les van a funcionar sus campañas publicitarias, su guerra sucia. Y estoy muy contento, porque hay relevo a la vista. Eso pues es una garantía de que vamos a seguir adelante transformando al país."
Insistió: "Yo ya no voy a estar, porque me voy a retirar, entrego la banda a finales de septiembre y me jubilo y políticamente desaparezco, no vuelvo a opinar, no quiero ser cacique, caudillo, líder moral, ya no puedo dar consejos, no voy a hablar de política, ni siquiera con mis hijos, con mi familia, nada, ya termino mi ciclo y ya van a venir otros". (20 de octubre 2022)
Puede afirmarse que sea quien sea que reciba la banda presidencial se requerirá una persona muy hábil y con gran capacidad para enfrentar el desafío que heredará del actual Presidente. La vara alta o las varas sueltas.
Veamos estas dos hipótesis:
Primera. Si AMLO deja un país en ascenso, con programas sociales sustentados presupuestalmente; un sector energético robusto; cambios profundos y consensuados en el terreno político electoral; un plan de seguridad pública en marcha y con resultados; un partido, el suyo, con capacidad para dirimir las diferencias internas, etcétera, quien lo sustituya requerirá enormes capacidades y probadas cualidades para mantener el ritmo. Quizá no pueda hacer más, pero no se le perdonará que haga menos.
Segunda. Si, como afirman sus detractores, ocurre lo contrario y nos queda un país con muchos cabos sueltos; con actores confrontados y un empoderamiento militar que sea necesario acotar; problemas presupuestales, etcétera, entonces quien llegue en lugar del actual mandatario tendrá también que contar con tantas o más capacidades que en la primera hipótesis.
VIENTOS MODERADOS
ES PUES, la complejidad de la selección del sucesor. No tanto quién sea capaz de ganar la elección, porque por lo menos en las evaluaciones actuales se asegura que podemos dar por descontado la ventaja cuantitativa de Morena, sino quién esté en condiciones de afrontar los retos del siguiente sexenio.
De lo que podría decirse sin duda es que quien asuma en 2024 será un gobierno menos radical que el actual. No sólo por la ya conocida teoría del esquema pendular del sistema mexicano durante el PRI –uno más a la izquierda un sexenio, otro más a la derecha en el siguiente-, sino por las propias exigencias del entorno.
Se ha dicho que en la vida como en la política algunas veces hay que optar entre inconvenientes y decidir no sobre lo mejor, sino sobre lo menos dañino.
En varias ocasiones López Obrador ha utilizado la frase: "política entre otras cosas es optar entre inconvenientes". ¿Qué sucederá en el futuro inmediato?
Por ahora, AMLO está escribiendo su historia y dejando material para que terminado su gobierno otros escriban la historia. Parte de este contexto será, sin duda, quién, cómo y para qué la sucesión.
AL MARGEN
ES POSIBLE que la radicalización venga de los opositores al actual régimen o de quienes hayan sido afectados en sus intereses. (vmsámano@hotmail.com)