ACOTAR ESTÁ BIEN. Si queremos una república de lectores, a lo mejor debemos empezar por ser lectores nosotros mismos y nuestra familia. Y algún día llegaremos a serlo toda la república. Mientras tanto el objetivo sea convertir a Tabasco en un estado de lectores.
HAY QUE RECONOCER que no se empieza de cero. Desde hace muchos años hay infatigables y entusiastas "lectores" promotores de "lectura". Y hago énfasis en la redundancia, porque para promover dicha actividad de engrandecimiento humano se requiere ser lector por hábito. Solo los lectores apasionados podrán promover la lectura.
LOS PADRES LECTORES con su ejemplo promueven la lectura, lo mismo los maestros lectores, que explican su clase, más claro, con sonrisas y con amor. Estos sí comprenden la importancia de promover dicha actividad. No como moda sexenal, sino como actividad fundamental en el quehacer educativo. Escuela donde no se promueva la lectura libre no está cumpliendo con su función educativa. Punto.
NO SOLO SE REQUIERE pensar en el camino, la vereda y las amplias avenidas y hablar sobre esas vías. Sino que se requiere caminar por ellas, transitar por ellas, y mirar lo que hay a su alrededor. Lo importante no es llegar al lugar que vas, y qué bueno que llegues. Lo importante es cada paso que des. En ese sentido hay que enfocar la promoción a la lectura. Son conexiones con los demás.
CADA LECTOR TIENE SU PROCESO. Sea que tenía padres lectores. Sea que empezaron con revistas de monitos con diálogos en globo. Sea que tuvieron una maestra o un maestro maravillosos. Sea que los libros los prestaban fácil en las bibliotecas escolares. Sea que tuvieron novio o novia lectores. Sea que enfermaron y pasaron varios días en la cama y no había otra cosa qué hacer que leer. Sea que eran tan pobres que no tenían televisión. Sea que tenían amigo o amiga lectora. En todo caso, combinación de varios factores. Ninguno lector ha de formarse con otros procesos más que con el propio. Aunque es bueno saber las historias personales de formación lectora.
¿SE ES ESCÉPTICO AL AFIRMAR que no se llegará a la república de lectores y por lo tanto al estado de lectores? ¿Se es utópico al confiar en que se ha de llegar a ese estado ideal? Ni lo uno ni lo otro. Simplemente disfrutar este planteamiento y enfocar todas nuestras energías en lograrlo. No basta con difundir las bondades que atrae a las personas la lectura, como mejora personal en todos los ámbitos, empezando por la mejora del lenguaje al apropiarse de más palabras compartidas.
NO, NO BASTA DIFUNDIR esas bondades de la lectura. Se requiere lograr que un texto literario impacte emocionalmente al individuo, niño, joven o adulto, para que quiera seguir sintiendo esas sensaciones agradables -digamos curiosidad- de enterarse de lo que les sucede a los personajes, o el verso que le liga con lo que sintió el poeta y que él mismo lo sienta, sea alegría, tristeza, amor, desamor, amistad, nostalgia, esperanza, etc.
SIN EMBARGO, TAMBIÉN hay que difundir las bondades de la lectura. Que las personas sepan de lo que se pierden. Solo digo que no basta para lograr que las personas accedan a ese maravilloso mundo de la lectura. Si bastara entonces llegar al estado lector sería muy fácil. Son procesos largos, pero no tediosos.
Y ASÍ COMO EN LAS ESCUELAS la tarea de promover la lectura no debe quedar en la responsabilidad del maestro de español, sino que es una tarea de todos los docentes y directivos, así también en la sociedad. No debe quedar la responsabilidad de promover la lectura en dos secretarías: Educación y Cultura. Es más: no solo en el gobierno. Sino que es la sociedad en su conjunto la que debe impulsar dicha actividad formadora y educadora: medios de comunicación, asociaciones civiles, grupos organizados. Fórmense círculos de lectores en todas partes, en todos los niveles, en todas las áreas, en todos los parques, en todos los lugares imaginables y no imaginables.
DEJARLE LA GRAN TAREA social emancipadora en dos instituciones, en un maestro (el de la materia de Español) en las escuelas, es anticipar la derrota de dicha gran empresa social educativa. Círculos de lectura en todos los grupos escolares. En los colegios de profesores. En los colegios de doctores. De ingenieros. En los hospitales. De barrenderos. De vecinos. Etc. Por eso digo que no es tarea fácil. Pero lo difícil es alentador y es el reto no individual, sino social.
ME PERMITO RECORDAR aquí el cuento mitológico de El arquero, cualquiera que sea su origen. El arquero esperaba la noche, listo con su arco y las flechas. Y siempre trataba de cazar la luna de octubre (o en cualquier mes). Quienes lo miraban, quizá con razón, se burlaban, riéndose de él. Lo consideraban loco. Le decían: "nunca lo vas a lograr". ¿Lograr qué?, que la flecha impactara al bello satélite. Pero él era sordo y no escuchaba. Y así pasaron años. Un buen día se presentó a las competencias olímpicas en la antigua Grecia. Y triunfó de manera rotunda. Y calló a quienes se burlaban de él. Esa y no otra es la promoción de la lectura libre.
EMPECEMOS POR EL CONCEPTO: lectura libre es la que realizan las personas por gusto, por goce, con alegría. Los beneficios que logra, son sabidos ya. Uno de ellos más importante, es el aumento de su capacidad de comunicación, al adquirir cada vez mayor cantidad de palabras en su dominio, lo que le permite darse a entender mejor, y comprender lo que sucede alrededor. Leer libros es el medio, no el fin. El fin es leer la realidad. Y actuar en consecuencia.