CADA UNO DE NOSOTROS recordamos a los maestros y maestras que nos motivaron para encontrarle sentido al estudio, la importancia de la lectura, y la alegría de vivir en un marco del conocimiento. Cómo olvidar a las y los maestros que alegres y entusiastas nos llevaron de excursión aún con el peligro que conllevan esas actividades que posteriormente han sido limitadas y en algunos casos hasta prohibidas. Gracias a todos ellos y ellas.
DESDE SUS ESTUDIOS NORMALISTAS, los futuros maestros y maestras han escuchado de la precariedad de la profesión, de las dificultades de cambiar de lugar de residencia por los cambios que le acerquen a un lugar donde quieren vivir en definitiva o acercarse a sus lugares de origen. Desde sus estudios escucharon que no es una profesión para hacerse ricos económicamente. Aunque ricos sí de satisfacciones. Ricos de alegría de enseñar, de la alegría de ver aprender. Y del agradecimiento de los padres de familia.
EL MAESTRO ES QUIEN MIRA a los ojos a cada uno de sus estudiantes y capta alegría, tristeza, preocupaciones. Es el que les lleva un libro y les lee emocionado cuentos, poemas, historias de vida. Es el que se esmera porque avancen los que van atrasados, y motiva a los que por sí mismo buscan, curiosos, conocimientos nuevos en internet, en otros libros de casa o biblioteca. El maestro es el que habla con los padres sobre el trabajo conjunto y no se desespera porque haya un tercio de padres que no se preocupan por los estudios de sus hijos. Es el que se esmera por alegrar el día a pesar del bochorno del calor o utiliza este como motivo y lo relaciona con los temas de cualquier materia. Es el que les hace sentir que son inteligentes, buenos, trabajadores y nobles, y los alumnos se esmeran por ser como su maestro los nombra.
EL MAESTRO NO ES EL CONFORMISTA. Es el que critica la situación actual del estado de cosas (pobreza, explotación, corrupción, etc) porque piensa y reflexiona con lógica, pero no traslada sus quejas al trabajo escolar y no por eso disminuye su entusiasmo y amor por la enseñanza. Es el que asiste a la escuela y sabe que no es carga el trabajo escolar y se siente muy bien porque se sabe afortunado de tener un trabajo estable (aunque no muy bien pagado) y se alegra cuando los niños de primer grado de primaria empiezan a deletrear y luego leen con fluidez y escriben relatos de us imaginación. Se alegra cuando los alumnos realizan experimentos y exponen sus vivencias. Cuando se aprenden un poema y lo declaman. O cantan sus alumnos con entrega. Etc.
GRACIAS A TI, MAESTRAS Y MAESTROS, porque muestran el camino y cómo hacer camino donde no hay. Porque hacen imaginar un futuro propio y mejor, que en gran "parte" depende de la dedicación, entusiasmo y esfuerzo que cada quien le dedique a los estudios. Y que más allá de las dificultades diarias para el traslado a tu centro escolar, más allá del burocratismo casi infinito de papeles y más papeles, la escuela seguirá siendo de los pocos lugares de resistencia contra los antivalores, y la imagen del lugar donde se forjan mejores seres humanos, sin olvidar que la casa familiar es la primera escuela, y que la escuela es la segunda casa de nuestros niñas y niños, y jóvenes.
PD. DE JOAN MANUEL SERRAT, en su canción para la maestra: "...Y si alguna vez piensa en mí, maestra, que de sus ojillos azules nazca siempre aquella paz que me hacía un poco más dulce la escuela y que no se le haga un nudo en la garganta diciendo: «qué han hecho...», «a dónde han llevado a mi puñado de pequeños...» porque usted no sabía, maestra, que el mundo es siempre el mundo, que el hombre siempre es el hombre, pero no es lo mismo su olor, ¡ay! maestra, que el aire de la calle."