Ocurre con muchos políticos lo que la novela de Robert L. Stevenson, con un protagonista que tiene dos personalidades: Jekyll y Hyde. Se trata de un científico que inventa una poción que permite separar la parte más humana del lado más maléfico de una persona. Cuando Jekyll bebe la mezcla se transforma en Edward Hyde, una persona capaz de cualquier atrocidad.
Así quienes como aspirantes a un cargo son todo simpatía y amor, y ya en los hechos ignoran y desprecian a quien les dio el voto.
Hay varios aspirantes que deberán dar la cara a los ciudadanos primero en las encuestas y posteriormente en las campañas y en las urnas.
Larga es la lista de quienes trataron con desprecio a quienes acudieron a solicitar atención de los que se supone son servidores públicos que tendrían que actuar con humildad y disposición, como les recomendó el presidente López Obrador.
Otros ignoraron a los medios de comunicación, los descalificaron. Ciclos de la política.
Algo, mucho, tiene que aprenderse de la debacle del PRI, partido al que los ciudadanos le dieron totalmente la espalda en 2018 y que ahora hace esfuerzos por regenerarse. Morena corre el riesgo de un desgaste más acelerado si no escoge bien quién habrá de representarlo.