Tonto es aquel que piensa que el pueblo es tonto, decía en sus multitudinarias concentraciones, como líder opositor, el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador.
Cuánta razón encierra esa frase célebre. Hoy lo estamos viendo precisamente cuando ciertos actores de la política creen que la ciudadanía es ingenua y que no alcanza a vislumbrar sus auténticas pretensiones.
Ejemplos: el del ex secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard quien, en su momento hizo alarde de su "indignación" por los resultados del proceso interno morenista en el que se eligió a la coordinadora nacional de la 4T y el del emecista Samuel García, a quien algunos le endilgaron el mote de "El vaquero" por andar pregonando que él trae todas las canicas para ganarle a Morena.
Verdaderamente patético el caso del primero y vivillo "el vaquero".
Decimos que patético el papel de Ebrard, porque cuando parecía haber dado muestras de que tenía los tamaños suficientes para ser un buen prospecto Presidencial, dada la manera cómo se fue comportando, a partir de la rabieta que hizo en relación a los resultados de la encuesta nacional de Morena, su actuación dejó mucho que desear.
Particularmente por lo ocurrido, luego que la Comisión formada para resolver su queja sobre las presuntas irregularidades del proceso, diera a conocer que había platicado con la doctora Claudia Sheibaum, aduciendo que él era representante de una segunda fuerza dentro de Morena, lo que al día siguiente debió aclarar la ganadora de la contienda, poniendo los puntos sobre las íes.
Lo más patético resultó el querer aplicar aquel viejo refrán que dice: al que madruga Dios lo ayuda, dejó entrever que en 2030 buscaría ser candidato a la Presidencia, pero algunos rápidamente le recordaron otro dicho: no por mucho madrugar, amanece más temprano.
De tal suerte que la simpatía que Marcelo parecía haber logrado, incluso el respeto entre actores políticos de Morena, se ha ido diluyendo, quedando reducido a una escena parecida a aquella donde algunos sólo tiran golpes a doquier sin darle a ningún objetivo.
El caso de Samuel García, es más estridente cuando se observa y es del conocimiento público, su constante pleito con los legisladores del PRI y del PAN, integrantes del Congreso de Nuevo León, así como con miembros del Poder Judicial y de la Fiscalía de aquella entidad. Hay quienes dicen que salió más vivillo, aunque también parece creer que la ciudadanía se está chupando el dedo para no darse cuenta de su jugada.
Obsérvese cómo habla en sus discursos, echando pestes contra priistas y panistas, quizá con la idea de demostrar que nada de lo rancio del pasado fue bueno y en contraparte hace gala de un aparente discurso contra Morena, aunque en realidad ha puesto de relieve, que su idea es jalar buena parte de los sufragios para restarle simpatizantes a Xóchitl Gálvez, del Frente Amplio por México.
Lo vivillo del vaquero, no ha impedido que los malabares que está haciendo para conservar la gubernatura --mediante la designación de un gobernador interino-- estén dando de qué hablar y hoy en los círculos de la política de Nuevo León, ya se esté dejando entrever la posibilidad de que corra el riesgo de que ya no siga siendo gobernador por el resto del sexenio.
Así las cosas, el caso de Ebrard, en realidad es patético, y por lo que se ve a Samuel García, "El Vaquero", ya veremos si su estrategia logra no ganarle a Morena— pero sí restarle votos a Xóchitl Gálvez, lo que probablemente le serviría para tratar de construir una alianza entre los morenistas y las huestes de movimiento ciudadano, con miras a la sucesión presidencial del 2030.
Se vale soñar!.
Entrelíneas....
De lujo!. Así puede calificar el conglomerado poblacional que a diario transita por el crucero vial Universidad-Puente La Pigua la colocación de 4 gigantescos arbotantes con modernas luminarias, por parte del ayuntamiento encabezado por la alcaldesa Yolanda Osuna Huerta quien, sin tantos aspavientos, y como decía el querido maestro Enrique González Pedrero prefiere "¡Que hablen Los Hechos!" y con ello demostrar que eso es mejor que el lenguaje de las palabras o las promesas vanas. Hoy ese crucero vial luce espectacular por las noches, asómese y lo comprobará. (altar_mayor@yahoo.com.mx)