Fobia escolar en los niños

La fobia escolar es un trastorno de la salud mental infantil en aumento

La fobia escolar es un fenómeno creciente en el ámbito de la salud mental infantil, caracterizado por un miedo intenso y persistente hacia la escuela o situaciones relacionadas con el entorno escolar. Este tipo de ansiedad puede manifestarse en síntomas físicos, como dolor de estómago, dolores de cabeza, y en reacciones emocionales como llanto, ira y, en algunos casos, ataques de pánico. La fobia escolar no debe confundirse con la simple aversión a la escuela; se trata de un trastorno que interfiere significativamente en la vida diaria del niño y puede tener consecuencias a largo plazo si no se trata adecuadamente.

Existen diversas causas que pueden desencadenar la fobia escolar. Factores como el bullying, problemas académicos, ansiedad por separación, o cambios en la vida familiar, como divorcios o mudanzas, pueden contribuir al desarrollo de este trastorno. Además, la personalidad del niño juega un papel importante, ya que aquellos con tendencias a la ansiedad o que son más sensibles a situaciones estresantes pueden estar más predispuestos a sufrir de fobia escolar.

El tratamiento de la fobia escolar suele ser multidisciplinario e involucra tanto a profesionales de la salud mental como a educadores y familias. La intervención temprana es crucial para evitar que el problema se agrave. Las estrategias más efectivas incluyen la terapia cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a los niños a identificar y modificar pensamientos negativos relacionados con la escuela y desarrollar habilidades de afrontamiento. La TCC se centra en la exposición gradual a las situaciones temidas, permitiendo que el niño enfrente sus miedos de manera controlada.

Además de la TCC, es importante involucrar a los padres en el proceso terapéutico. La educación parental sobre la fobia escolar puede ayudar a los padres a comprender las emociones de sus hijos y a ofrecer el apoyo necesario. Mantener una comunicación abierta y un entorno familiar seguro es fundamental durante el tratamiento.

La intervención escolar también juega un papel vital. La colaboración entre terapeutas, padres y educadores es esencial para crear un plan que facilite la reintegración del niño a la escuela. Esto puede incluir ajustes en el entorno escolar, como la reducción del acoso escolar, la promoción de un ambiente inclusivo, y medidas para aliviar el estrés académico.

En algunos casos, los médicos pueden considerar el uso de medicación, como antidepresivos o ansiolíticos, como parte del tratamiento, aunque esto generalmente se reserva para casos más severos y se utiliza en combinación con terapia.

En conclusión, la fobia escolar es un trastorno que requiere atención y tratamiento adecuado para minimizar su impacto en la vida del niño. La combinación de terapia cognitivo-conductual, apoyo familiar y colaboración escolar es clave para ayudar a los niños a superar sus miedos y fomentar un regreso exitoso a la educación, asegurando así su bienestar emocional y académico a largo plazo. (Psiquiatra/Paidopsiquiatra)