Buen martes a todos. Hace unos días salió el último modelo de Vehículo Financiero, un mesías salvador de la Reforma Energética (RE). Bien sabido por muchos, resulta el escenario que nos espera en 2016: el recorte presupuestal, los precios del petróleo, la situación político social económica global de los países Árabes, China, Coreana, Venezolana, Rusa, la Zona Euro y de Estados Unidos de América, la sobrevaluación accionaria en los mercados incongruente con la realidad económica, entre muchos factores, permiten dilucidar un cuarto año de poco crecimiento para México, es simple significativa reducción del gasto, menor crecimiento, menor recaudación. Este año fue tremendo… recortes, suspensiones, terminaciones y hasta cancelaciones de proyectos y contratos, primeramente el recorte de 124 mmp, la mitad fue para Pemex, además la baja del precio del barril del petróleo hasta un 50%, más la baja de la producción de petróleo, el resultado un 2015 de terror.
El país requiere de infraestructura para crecer, la reforma energética requiere inmensas inversiones en infraestructura, sólo de esa manera será atractiva. Los instrumentos financieros actuales no han sido suficientes, las administradoras optan por el corto plazo, evitando colocar activos en instrumentos a largo plazo, hay muy pocos, buen ejemplo de los existentes, los Certificados de Capital de Desarrollo CKDs, que financian proyectos de infraestructura -entre otros-.
Para compensar el déficit de inversión pública y dinamizar la economía, el Gobierno Federal tuvo la iniciativa de crear, los Certificados de Inversión y el Fideicomiso de Bienes Raíces del Sector Energético e Infraestructura, mejor conocido como Fibra E, -versión mexicana de los MLPs Master Limited Partnership, iniciados en los 80’s por EUA-, enfocados a captar los recursos de inversionistas, cubrirá actividades exclusivas, que ya generen flujos estables en materia energética e infraestructura, como: El tratamiento, refinación, enajenación, comercialización, transporte y almacenamiento del petróleo; procesamiento, compresión, licuefacción, descomposición y regasificación; así como el transporte, almacenamiento, distribución, comercialización y expendio al público de gas natural; transporte por ducto y el almacenamiento que se encuentre vinculado a ductos, de petroquímicos; actividades de generación, transmisión o distribución de energía eléctrica; proyectos de inversión en infraestructura implementados a través de concesiones, contratos de prestación de servicios o cualquier otro esquema contractual, siempre que estos sean celebrados entre el sector público y particulares para la prestación de servicios al sector público o al usuario final que se encuentren en etapa de operación.
Dicha Fibra debe permitir la monetización para muchos proyectos, tanto de EPEs –Empresas Productivas del Estado- como de IP –Iniciativa Privada-. Las EPEs deben administrarse y capitalizarse, concentrando sus recursos en los negocios más rentables, los menos, probablemente se canalizarán a este tipo de instrumentos. Cuando esto suceda, -es una realidad, el instrumento está en operaciones en la Bolsa Mexicana de Valores-, tu y yo –obvio si fuéramos ricos y poderosos- podríamos ser “dueños” de Pemex y CFE, ya es posible invertir directamente en activos de las EPEs y obtener una ganancia económica.
El universo de inversionistas es inmenso, permite pensar que los tenedores de los grandes capitales tendrán mayores probabilidad de ser los “dueños” de las EPEs, el razonamiento anterior obliga a plantearnos cientos de preguntas, obviamente no son materia de este artículo.
Aclaro, hablamos de dueños en un sentido figurado, se trata de un Fideicomiso legal –no piensen mal-, que opera de manera general por medio de un Fideicomitente quien aporta al fideicomiso bienes o derechos de su propiedad, estableciendo condiciones de administración y distribución; el Fiduciario, puede ser una Institución fiduciaria que recibe en propiedad fiduciaria dichos bienes o patrimonio fideicomitido, con la misión de cumplir las disposiciones establecidas por el fideicomitente y el Fideicomisario, quien recibe el beneficio del fideicomiso, puede ser el propio fideicomitente o un tercero.
En el caso concreto, la Fibra E opera de la siguiente manera: el fideicomitente o persona controlada por él -Administrador, con quien pueden celebrar contrato-, contribuye a la FIBRA E su participación accionaria en personas jurídicas –morales- con domicilio fiscal en México, ya que otro beneficio de la figura, es que adicionalmente a la renta que generará para los inversionistas y administradores de las FIBRAS, la Federación podrá ampliar la recaudación del ISR; las Sociedades Promovidas son las que realizan las actividades exclusivas, que ya sea vía transmisión de acciones, contribución en especie, escisión o fusión, y el fideicomitente recibe CBFE –subordinados o preferentes- a cambio, así como otros derechos a recibir en el futuro una porción mayor del flujo de efectivo de la FIBRA, sujeto al pago de un retorno preferencial a los tenedores –puede ser el Fideicomitente o el público inversionista- de los derechos incentivados IDR, como señalamos anteriormente es una figura legal, sujeta al régimen fiscal.