En el imaginario político, la terna que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador al Senado para que se vote y la vacante de José Ramón Cosío en la Suprema Corte de Justicia, parecía estar decantada por Juan Luis González Alcántara. Las otras dos propuestas, Loretta Ortiz y Celia Maya, debían ser descartadas por su militancia en Morena, al ser las primeras nominadas al tribunal supremo con una abierta militancia desde la reforma al Poder Judicial en 1995. Sin embargo, la realidad es que es una terna de dos personas. González Alcántara, curricularmente el mejor para llegar a la Corte, está enfrentando una oposición insólita que busca el voto para Ortiz, encabezada por dos políticos que se pensaba enfrentados, Ricardo Monreal y Rafael Moreno Valle.
Monreal, coordinador de Morena en el Senado, y Moreno Valle, coordinador de la bancada del PAN, son una pareja dispareja que, en el momento actual, es tan incongruente en función de lo que persiguen sus partidos, como inverosímil. En los últimos días López Obrador ha manifestado su molestia con el Tribunal Electoral por haber desechado la demanda de anulación de las elecciones para gobernador en Puebla. Dijo que no iría a la toma de posesión de la gobernadora panista, Martha Erika Alonso, y envió una representación de segundo nivel al evento, la subsecretaria de Gobernación Diana Álvarez Maury, quien al final tampoco fue por que estuvo en un evento con el Instituto Nacional de Mujeres. Nadie fue a la asunción política de Alonso en representación del gobierno federal.
La ratificación de la victoria de Alonso se cruza con la selección de la silla vacante en la Suprema Corte de Justicia, cuyas comparecencias se realizarán este lunes en comisiones del Senado, con la expectativa de que se vote quién sustituye a Cosío este jueves. De acuerdo con personas que conocen lo que sucedió en el Tribunal Electoral, ese episodio se relaciona caprichosamente con lo que está sucediendo en el Senado, donde Monreal y Moreno Valle, agregaron, realizaron un intercambio de favores políticos.
La petición de Moreno Valle a Monreal fue que le ayudara a que se cancelara la posibilidad de anular la elección en Puebla, para que Alonso, esposa del senador panista, fuera ratificada. Para ello, explicaron, utilizaron a Armando Ambriz Hernández, secretario de Estudio y Cuenta en la oficina de la magistrada Janine Otálora, presidenta del Tribunal. Los secretarios de Estudio y Cuenta son los responsables de revisar los expedientes y redactar los dictámenes que revisan los jueces y magistrados.
Ambriz Hernández es un zacatecano que no esconde su cercanía con Monreal, de quien ha llegado a decir que es su jefe, y estuvo involucrado en otra decisión polémica a favor de Felipe de Jesús Cantú, quien ganó la elección para alcalde de Monterrey. La elección fue impugnada pero al final, el panista se quedó en el cargo. Se desconoce si en el caso fallado a favor de Alonso en Puebla, la magistrada Otálora tuvo conocimiento de lo que negociaron Monreal y Moreno Valle, pero su voto inclinó la balanza a favor de la hoy gobernadora.
El intercambio entre los dos senadores no fue autorizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador ni por el dirigente del PAN, Marko Cortés, según personas a las que se les preguntó sobre esa alianza táctica. Lo que acordó Monreal, dijeron las personas consultadas, es que Moreno Valle pagara el fallo en el Tribunal con el voto a favor de Ortiz para ocupar la silla de Cosío en la Suprema Corte de Justicia, en contra incluso de la predisposición que hay en los altos mandos de Morena y del PAN, que quieren otro desenlace. En Morena hay una inclinación institucional por González Alcántara, mientras que en el PAN están preparando rechazar la terna enviada por López Obrador.
Monreal está operando en contra de las instrucciones partidistas para respaldar a Ortiz, quien es esposa de José Agustín Ortiz Pinchetti, que fue secretario general de Gobierno cuando López Obrador gobernó la Ciudad de México, pero no estuvo a la altura del reto que imponían las circunstancias en esos momentos y se fue desvaneciendo de los primeros círculos del actual presidente. Monreal está comprometido con Ortiz por un compromiso moral y político con Ortiz Pinchetti, con quien ha trabajado y hecho lucha política.
El senador morenista ha estado hablando con sus compañeros de partido en la cámara para sugerirles que López Obrador quiere que respalden a Pinchetti, lo que motivó que el jueves pasado, en una reunión programada con diputados morenistas para hablar sobre el presupuesto, invitó de última hora a los senadores con el único propósito, según fuentes del partido, de plantear que él nunca envía mensajes a través de terceras personas, y que cuando quiere decir algo, lo hace directamente, en lo que se interpretó como un mensaje dirigido a Monreal. Moreno Valle, por su parte, está haciendo lo mismo. Cinco senadores panistas dijeron que su coordinador les dijo haber recibido una llamada de la oficina del presidente, donde pedía su apoyo para Ortiz. Una fuente de la Presidencia dijo que eso era falso.
Los dos está trabajando para modificar la correlación de fuerzas en sus partidos a su favor. Moreno Valle necesitaba que su esposa ganara, porque la gubernatura fortalece sus aspiraciones presidencialistas en 2024. A Monreal le beneficia tener una pieza en la Suprema Corte y la alianza con Ortiz Pinchetti, ante el creciente aislamiento que sufre dentro de Morena y las fricciones que ha tenido con López Obrador. El problema, que es mayor, es que ambos juegan agendas personales, no de partido, lo que difícilmente se los permitirán.
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