Escala Crítica

Visión política, futuro, democracia y ética; modelos contrapuestos de Havel y Trump

* Havel 1999 y Trump 2025, dilema: ¿qué tipo de Mundo se quiere?  

* Trump en su tinta: unilateralismo que quiere dictar nuevas reglas    

* Geopolítica y estadistas: democracia, derechos humanos y conciencia

EN TIEMPOS como los que vivimos, lamentablemente se impone la vorágine de los acontecimientos. Las prisas impiden la reflexión, y las prisas son contrarias a la planeación. Por mirar el árbol no se logra apreciar el bosque. La violencia criminal se ha impuesto en la narrativa cotidiana. Lo primero que busca el delincuente es provocar el temor; lo que festeja es la ausencia de la autoridad. Lo que utiliza es la maraña de complicidades que –afirman- sostiene al sistema. Hay quienes, en otro contexto, han propiciado el cambio. Unos hacia adelante, otros hacia atrás.

Con permiso del lugar común, no todas las comparaciones son odiosas. En alguna ocasión, Stephen Vizinczey apuntó sobre los cambios que vivió la desaparecida Unión Soviética: "cualquiera pudo ser Boris Yeltsin; en cambio, Mihail Gorbachov sólo podía ser uno". Yeltsin, político autoritario y devoto del vodka, que dejó abierta la puerta a Vladimir Putin, tiene clones por todas partes. Gorbachov, visionario de cambios estructurales para el régimen comunista, es garbanzo de a libra.    

Hay líderes que dejan huella por diferentes razones. Lo bueno y lo malo producen impacto social. Martin Luther King es recordado; también, Adolfo Hitler. Vale la pena en sentido ético, por los días que corren, comparar las figuras políticas de Václav Havel y Donald Trump, que representan valores opuestos en el mundo del siglo XXI. Es el propósito de estas líneas, que sitúan en contexto geopolítico las ideas de ambos. El contraste podrá sopesarlo el paciente lector, a partir de dos premisas: 1) la acción política tiene límites a partir de 2) responsabilidad en la búsqueda de bienestar comunitario.

              

LOS MOTIVOS DE TRUMP

EN SUS PRIMEROS días como presidente de EEUU, Donald Trump quiere el mejor de los mundos posibles... para él. Politólogos contabilizan 50 naciones amenazadas por Trump. Como posibles anexiones territoriales menciona a Canadá, Groenlandia y el canal de Panamá. Pudiera ser que tal brusquedad apunte a negociaciones de otro tipo, aunque -visto el tono y la frecuencia- no se descarta literalidad en las acciones. La participación de Trump en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza, 24/1/2025) arrojó esta perla: si las empresas de otros países quieren vender sus productos en EEUU, tienen que producirlos ahí, "donde tendrán los impuestos más bajos", o "tendrán que pagar aranceles". Guerrero extraño del libre comercio, Trump estornuda y aparecen aranceles, como anunció contra Canadá, México y China (sin concretar la medida en un decreto, aunque habla de 25% para febrero). En otra perla, la administración Trump comenzó los vuelos de deportación masiva (Colombia, Guatemala, México) sin respeto por derechos humanos: suspensión de la ciudadanía por nacimiento en suelo estadounidense, razzias en ciudades santuario, separación de padres e hijos, pasajeros con grilletes, entre otras lindezas.

Dado el panorama anterior, ¿qué idea del mundo tiene Trump? Una donde se dicten las reglas desde la Casa Blanca, con asentimiento cortés de los interlocutores. Monólogo que desconoce las virtudes del diálogo en igualdad de condiciones. ¿Qué bienestar global se desprendería del huracán Trump? Misterio a la orden: declaró que "la guerra entre Ucrania y Rusia se produjo por los altos precios del petróleo" y pidió a las naciones árabes una disminución drástica. La salida estadounidense de los acuerdos de París (cambio climático) es muestra de la intransigencia Trump: unilateralismo como lenguaje. Sería interesante una conversación entre Trump y el ruso Vladimir Putin.     

Si me permite, en la próxima Escala me referiré al contraste en la visión de Vlacav Hável con relación a Donald Trump; entre la política de la razón y la ética, y el ejercicio del poder arbitrario.   

AL MARGEN

COMO se expresó en este diario: lamentamos y condenamos el asesinato de Alejandro Gallegos, docente universitario que ejerció el periodismo. También preocupa e inquietan muchos otros crímenes ocurridos en un contexto de incrementada violencia por la confrontación de grupos delincuenciales y su creciente presencia con riesgo para todos. Las autoridades deben garantizar que no habrá impunidad y que se procederá con eficacia para destejer la red heredada de complicidades. La seguridad pública y el combate al crimen es ya un problema de seguridad nacional como se confirma con los amagos de Donald Trump contra México.

 (vmsamano@hotmail.com)