*Cortar la maraña de intereses contrarios a la comunidad, tarea necesaria
*Los gobiernos federal, estatal y municipales: atender causas y efectos
*La delincuencia, un fenómeno de varias capas, a partir de lo doméstico
HAY UNA TENSIÓN abierta y oculta en nuestras sociedades. Pareciera que una franja –pequeña, pero influyente-, le apuesta al fracaso del Estado Mexicano en el control y combate a la violencia y la criminalidad. Eso ha ocurrido siempre con los llamados "poderes fácticos", para los cuales la vigencia de la ley es un estorbo a menos que la usen en su beneficio. Los sucesos violentos en un bar de Villahermosa, que ya tiene antecedentes aunque no tan trágicos como el reciente, obligan a reflexionar y actuar contra lo que se ha padecido: la ausencia de autoridad. Y de ahí, la impunidad.
El actual gobernador Javier May en diversas ocasiones durante la campaña manifestó su decisión de acercar el poder (político y administrativo) al pueblo. Ya en funciones lo ha traducido en "gobierno en territorio". Está consciente, porque lo conversamos varias veces, que recuperar territorio significaría afectar intereses, sobre todo intereses ilícitos. En este diario se destacó la importancia de la base social que ganó en las elecciones y que tendría que transformarse en el ejercicio efectivo del poder.
Resulta evidente que avanzar sobre el territorio, recuperar el espacio público para el poder público legítimo, no es fácil; hay demasiados obstáculos. Pero no es imposible. Es determinante la participación popular organizada.
ESTRATEGIA INDISPENSABLE
EN MATERIA de prevención y combate a la violencia, sobre todo la violencia criminal, como bien reconoció la presidenta Claudia Sheinbaum, existen problemáticas de diverso orden: a nivel nacional, estatal, regional y hasta municipal. Pero también con implicaciones internacionales, porque se permitió en el pasado dejar crecer estas redes delincuenciales en los más diversos ámbitos. Un tema que abordaremos con más datos.
Los hechos delictivos lamentablemente reciben en una franja mediática un tratamiento de "espectáculo", mientras son minimizados, matizados o simplemente ignorados los logros en materia de seguridad.
No se trata, por supuesto, de ignorar la obligación de las autoridades para garantizar la seguridad de la población, sino también habría que ver –sobre todo en el caso de Tabasco-, los índices delictivos –y ahora la crímenes- como resultado una serie de rezagos, pero sobre todo coyunturalmente de la lucha de facciones entre los cárteles de traficantes y también como respuesta a la acción de la seguridad del Estado.
Un detonante fue la ruptura de un grupo en diciembre de 2023 y la posterior presencia de efectivos militares y marinos.
Sin duda que la interrogante muy extendida deberá tener pronta respuesta: ¿existe una estrategia bien definida frente a lo que es un fenómeno de criminalidad con lazos que rebasan el límite de las entidades estatales e incluso de las fronteras nacionales? Para no ir más lejos: ¿con lazos que se parapetan en los cargos públicos? Lo que está en juego es la seguridad de la vida y los bienes, así como la propia seguridad nacional.
ALGO HUELE MAL EN DINAMARCA
UN TEMA que no debe ignorarse es la llamada descomposición social –las causas de la criminalidad-, que necesariamente habrá de examinar con la descomposición del quehacer político. No es descubrir el hilo negro si anotamos que lamentablemente hay quienes utilizan "la política" para asegurarse impunidad. Se parapetan en diputaciones, senadurías, gubernaturas y otros cargos públicos que los hacen virtualmente intocables. ¿Cuándo y cómo se atenderán estos cabos sueltos?, ¿soportará el sistema ir a fondo contra esta red de complicidades? Debemos ser optimistas porque es el mejor incentivo para la acción.
Hay, por otra parte, una aparentemente oculta estrategia para comprometer al nuevo régimen en el mecanismo de los viejos vicios del sistema: cuando se sigue el mal principio de que el fin justifica los medios. Por el contrario, ya lo hemos mencionado: los medios terminan por sacrificar las mejores intenciones. Habrá momento de hacer un alto en el camino: la continuidad de la política social es fundamental, pero también la ruptura, el corte, con la maraña de impunidades camaleónicas, que cambian de color pero no de objetivos.
En estos tiempos la autoridad debe asumir plenamente el compromiso, pero también la sociedad, los ciudadanos, tienen que comprometer el acompañamiento en conductas y acciones para la legalidad y la paz.
Hay un poder en la sombra, el poder de la sombra.
AL MARGEN
FRASE recurrente de la Presidenta Claudia Sheinbaum: "lo que no se nombra, no existe". Esta idea, correcta en cuanto a la dignidad que adquiere lo nombrado (visibilidad social), es punto de partida para otras reflexiones. En otro contexto: hay cosas que existen, aunque no se nombren; lo que no se debe ignorar. (vmsamano@hotmail.com)