*Refinerías obsoletas y huachicoleo, pérdida del control de gasolinas
*Creciente dependencia del extranjero…y de las mafias delictivas
*Suspender el aumento al transporte público, una medida oportuna
Víctor M. Sámano Labastida
NO HAY DUDA que la disposición de combustibles forma parte del paquete de recursos indispensables para la seguridad nacional y para el ejercicio de la soberanía. El petróleo (la energía en general), el agua y los alimentos son, algunos de los elementos determinantes para ser más o menos dependientes o independientes. Lo que sucede actualmente con las gasolinas recuerda las advertencias sobre el futuro del país. Y confirma que es en los energéticos donde se dará una de las batallas cruciales del nuevo gobierno.
Por si fuera poco, en el control y tráfico de los combustibles se permitió crecer una red delictiva que involucra no sólo a funcionarios y ex funcionarios, sino a grupos delincuenciales, como lo ha documentado –entre otros- la periodista Ana Lilia Pérez. Un verdadero debilitamiento institucional…y nacional.
DESABASTO Y MEDIDAS DE PRESIÓN
LA DIRECCIÓN de Petróleos Mexicanos (Pemex), a cargo de Octavio Romero Oropeza, desmintió que haya desabasto de combustible en la Ciudad de México y Zona Metropolitana. Pidió a la población no recurrir a compras de pánico. El cierre de válvulas en cuatro de los 13 oleoductos para impedir la ordeña clandestina interrumpió temporalmente el suministro a localidades de Aguascalientes, Edomex, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Querétaro y Tamaulipas. El gobierno ofreció restablecer “lo más pronto posible” el servicio. Ayer comenzó a normalizarse.
Como usted se habrá percatado, en esta circunstancia extraordinaria hay informaciones cruzadas, verdades y rumores. Si bien es cierto que el uso de pipas para abastecer a los estados afectados por el cierre de válvulas resultó insuficiente, tampoco hay que ignorar que quienes se beneficiaban del tráfico clandestino pusieron en marcha un operativo para descalificar la acción gubernamental. “Que no quieran jugar a las vencidas, porque triunfará la ley”, advirtió el presidente López Obrador.
Interrogado sobre cuánto tiempo se mantendrían cerrados los ductos, AMLO dijo que “va a depender, a ver quién se cansa primero, los que se roban el combustible o nosotros”. Está en juego la autoridad y la capacidad del Estado frente a la delincuencia. ¿El método es el adecuado?, pronto lo sabremos.
BAJA REFINACIÓN, CRECE ORDEÑA
JUNTO con Pemex, un total de 15 dependencias federales participan en lo que se define como un “Plan Conjunto” contra el robo de combustibles. Los directivos aseguran que hay suficiente inventario de producto en las Terminales de Almacenamiento y Despacho (TAD), de manera que la falta de combustible en algunas gasolineras “es sólo por un ajuste logístico”. Por supuesto que hay reacciones de los usuarios que agudizan el desabasto, como sucede con las compras de pánico o -¿por qué no?- la demanda simulada.
Las cuentas gubernamentales indican que el combate al “huachicoleo” permitieron un ahorro de 2 mil 500 millones de pesos en tres semanas. También estimaciones oficiales indican que de un equivalente a 787 pipas llenas de combustible que se robaban al día, se pudo reducir a menos de cien diarias.
Por cierto que el desabasto en las estaciones de servicio no es nueva. Recordemos que en diciembre de 2016 en unos 18 estados se reportó la falta de combustible. Entre los factores que provocaron aquella escasez se destacaron las tomas clandestinas, el mantenimiento de la refinería de Cadereyta y el nuevo sistema de facturación de Pemex.
Fue durante el gobierno de Enrique Peña Nieto cuando se disparó el llamado “huachicoleo”, pero también –de manera paradójica-, se desplomó la producción de gasolinas en un 50 por ciento (de 437 mil barriles diarios en 2013 a 217 mil en 2018), mientras que las compras al extranjero crecieron en más del 60 por ciento (347 mil barriles diarios a 567 mil). Nuestro país llegó al extremo actual de adquirir al extranjero el 75 por ciento de las gasolinas que se requieren para atender la demanda; de no frenarse este ritmo pasaríamos en poco tiempo a ser un importador neto de gasolinas, al tiempo que ya estamos también adquiriendo petróleo (ligero) en mercados externos.
La creciente importación –junto a la ordeña-, coloca a México en una situación vulnerable ante los movimientos de la paridad del dólar…que es otra forma de arrebatar la riqueza nacional.
La parte más visible de la batalla por los energéticos –y los recursos que estos generan para sostener el presupuesto- es actualmente el combate al “huachicoleo” y las diversas formas de saqueo. Pero eso es apenas la punta del iceberg en la recuperación del control de los recursos. Sin duda que el presidente López Obrador impulsará una movilización nacional en lo que ha denominado “la segunda expropiación”. La va a necesitar. Las reacciones están a la vista.
AL MARGEN
NUNCA Es buen momento para un incremento de tarifas y menos en una situación de crisis. Aunque los costos puede justificar la revisión de cobros a los usuarios, no debemos perder de vista que el transporte público es de alguna manera subsidiado en todo el mundo. Ayer el gobernador Adán Augusto López acordó con los concesionarios dejar en suspenso una autorización de incrementos aprobada por el gobierno saliente, en diciembre. Hizo bien, porque ahora le corresponde a esta administración determinar las políticas públicas y la movilidad es una de las más sensibles. (vmsamano@hotmail.com)