Inicia 2023 sin que llegue a su fin el desenlace de la mayor crisis energética global; por el contrario, algunas de sus causas se siguen agudizando.
Evidencia de ello la constituye la creciente espiral bélica entre Ucrania y Rusia que en el plano petrolero se ha traducido en la imposición de un tope de 60 dólares al barril de crudo ruso, ante lo cual el Kremlin reaccionó prohibiendo las exportaciones al bloque de países que han limitado las cotizaciones de su petróleo.
Otro factor es la incertidumbre sobre la recuperación y desenvolvimiento de la economía mundial, así como un repunte del COVID-19 en China.
Estas son solo algunas variables que están intrínsecamente relacionadas con el sector energético y su comportamiento.
En el contexto de los precios del petróleo: después de oscilar en los 140 dólares se han estabilizado en una banda de entre 70 y 80 dólares.
También llama la atención cómo ante la escalada de los precios del gas se ha disparado el consumo de carbón. De acuerdo con estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), su consumo en 2022 superó los 8 mil millones de toneladas, rompiendo el récord del año 2013, en detrimento de la lucha contra el cambio climático.
Por otro lado, de manera disruptiva las energías limpias han tenido un protagonismo insólito. Por ejemplo, con el objetivo de dejar atrás la dependencia de los hidrocarburos rusos, el Parlamento Europeo aprobó el plan REPower EU, con el objetivo de acelerar la transición energética y promover la inversión masiva hacia energías renovables.
Paralelamente, Estados Unidos promulgó la Inflation Reduction Act (Ley de reducción de la inflación), cuyo apartado climático es considerado el más ambicioso de todos los tiempos, dado que incluye acciones y financiamiento para la lucha contra la contaminación climática.
Es oportuno traer a colación en este contexto el análisis de la AIE Renovables 2022, el cual plantea que la crisis energética a nivel global ha dado un impulso sin precedentes a la energía renovable: "con el mundo listo para agregar tantas energías renovables en los próximos 5 años como lo hizo en los últimos 20".
Este salto de las renovables, se da a partir de la preocupación sobre la seguridad energética generado por el conflicto bélico en Ucrania, motivando que un mayor número de países recurra a las energías renovables para dejar de depender de combustibles fósiles importados.
El citado informe pronostica un crecimiento en 2,400 gigavatios (GW) entre 2022-2027 en la capacidad mundial de energía renovable, lo que equivale a la capacidad total de energía de China actualmente.
Lo anterior representará más del 90% de la expansión mundial de la electricidad durante los próximos cinco años.
Entre los pronósticos, sobresale la aceleración de la instalación de paneles solares en casas habitación, comercios y negocios, incidiendo de esa forma en la reducción de las facturas de energía. (Diputado Federal, Presidente de la Comisión de Energía)