En Pemex, una dura batalla en varios frentes

Establecer los mecanismos de comparecencias debiera incluir no sólo la estructura de quien preside, y otorga los tiempos, sino el ánimo de quienes acuden a escuchar, y los que preguntarán y replicarán. La sumisión no es de darse en esos ambientes, mucho menos ceder espacio en una carrera por los enfoques, y quién insulta primero. Bien llevados los debates implicarían un enriquecimiento para quienes comparecen y para la nación. Pudiera sonar un poco extremoso, pero ni en minutos se arregla un país, mucho menos en una hora se comprende un proceso que ha llevado más de tres sexenios lograr: transar en Pemex y encima desmantelarla. Cuando le preguntaron a Javier Jiménez Espriú sobre su experiencia en Pemex, él refirió primero su paso por la administración de Carlos Salinas, y de cómo a través de una reunión, se les pidió a Jaime Serra Puche, Pedro Aspe y a él un proyecto de privatización de Telmex, a la que el ingeniero Jiménez Espriú se opuso. Evidentemente no gustó su postura, lo que trajo como consecue

Establecer los mecanismos de comparecencias debiera incluir no sólo la estructura de quien preside, y otorga los tiempos, sino el ánimo de quienes acuden a escuchar, y los que preguntarán y replicarán.

La sumisión no es de darse en esos ambientes, mucho menos ceder espacio en una carrera por los enfoques, y quién insulta primero. Bien llevados los debates implicarían un enriquecimiento para quienes comparecen y para la nación. Pudiera sonar un poco extremoso, pero ni en minutos se arregla un país, mucho menos en una hora se comprende un proceso que ha llevado más de tres sexenios lograr: transar en Pemex y encima desmantelarla.

Cuando le preguntaron a Javier Jiménez Espriú sobre su experiencia en Pemex, él refirió primero su paso por la administración de Carlos Salinas, y de cómo a través de una reunión, se les pidió a Jaime Serra Puche, Pedro Aspe y a él un proyecto de privatización de Telmex, a la que el ingeniero Jiménez Espriú se opuso. Evidentemente no gustó su postura, lo que trajo como consecuencia que se le asignara un lugar en Petróleos Mexicanos, y  se hiciera cargo de la Subdirección Comercial, misma que implicaba la venta de productos de Pemex a nivel internacional. Aunado al hecho de que el contexto mundial vivía un momento difícil, por no decir complicado para el mercado petrolero, por la situación de la guerra del Golfo Pérsico. Vaya, en pocas palabras, que estaría ocupado sin molestar el avance del dinosaurio yupi.

Para Jiménez Espriú el mensaje directo de que la privatización se establecería de manera formal y paulatina en el país, quedó claro desde el momento en que llegó a Pemex, en particular refiere la reestructura de Pemex en subsidiarias, lo cual consideró lamentable. Dividida, sin control, ¿quién le rinde cuentas a quién? Pusieron el escenario para los que llegarían después, en su mayoría los hijos de quienes impulsaron esa privatización que siempre tuvo cara de beneficio personal de un reducido grupo.

Si con el salinato se estableció una privatización de las empresas mexicanas, en la mira, desde el fondo, estaba Pemex, y el proceso inició desde entonces.  Todo este preámbulo para decir que desde 1994 inició el proceso de desmantelamiento no sólo de Pemex, sino del Estado mexicano. En modo tal implicó voltear la mirada, dejar de lado a la patria, y obviamente confabular los mejores esfuerzos desde el senado, y comisiones, además de las múltiples funciones que para eso estuvieron prestos y prontos muchos de quienes participaron en el quehacer político.

EN EL PROYECTO DE AMLO

El escenario actual, pasado el tiempo, como si habláramos de un fragmento de la zaga “Volver al futuro”, nos regresa de golpe y estallido en la cara los resultados de meterse de minero en los pasillos de la grandiosa Pemex. El 27 de Octubre el ingeniero Octavio Romero dio cuenta, como lo ha hecho en año anterior, de la exposición de glosa al informe del Presidente. Es decir, que eso que dijo AMLO debería ratificarlo con cifras, datos, y someterse a escrutinio de la comisión de energía.

Evidentemente no faltaron las abolladuras, las preguntas malintencionadas, y los señalamientos que en realidad no tenían espacio, ni era el lugar. Pocos fueron los que preguntaron con ánimo de saber, de desentrañar y conocer un poco más del complejo mundo de las finanzas petroleras, de los modos de hacer que se dan en la empresa del águila, y cómo no, de la organización a la que ha recurrido el ingeniero Romero Oropeza y su equipo de colaboradores. Si las resistencias no sólo tienen que ver con cuestiones financieras, técnicas, y administrativas, han tenido que lidiar con las fuerzas humanas que a veces se exaltan.

Hubo un espacio para decir: ahorramos en función de la  Austeridad, se repusieron reservas, es posible la reducción en los tiempos de explotación de campos nuevos, demostrar que Pemex no es una carga, sino que continúa teniendo rentabilidad como empresa, y que además tiene menores costos de operación. Y se está trabajando en la inversión y rehabilitación de plantas. Y así sucesivamente.

Qué difícil reconstruir, lo que por mucho tiempo se dio en desmantelar con cada administración. Por eso el rápido y sintético resumen que expuse al inicio del texto, es que no es nada más señalar, sino tener el afán de sentarse a comprender el trabajo que implica colocar las cosas de nueva cuenta, en una empresa que la estaban rematando a beneficio de una clase que sólo hundía más al país.

ENTRE PARÉNTESIS

Ordenar la casa empieza por construir ciudadanía y llevarla al seno del poder. Es ahí donde inicia de nueva cuenta el proceso histórico que pocos quieren asumir: hacer bien todo para perpetuar una generación de hombres y mujeres que quieren realmente a su país, a su pueblo. Pero si son como el gandalla del tráfico, es evidente que prevalece el encono.