Recién se celebró en México el día del estudiante. Recordé que años atrás leí un artículo donde se hacía referencia a un profesor de matemáticas y física de origen latinoamericano a quien llamaré David, quien por razones de trabajo migró a Israel ingresando como profesor al Instituto Tecnológico de Israel, una de las universidades públicas más antiguas en Israel, -data de 1912-, pero además con reputación académica; una proporción importante de profesores internacionales; conocida por sus vínculos con la industria, lo que la hace pertinente; y, por supuesto alta empleabilidad de sus egresados, entre otras métricas que la colocan en la clasificación mundial de universidades entre las 50 más importantes de un total de 800 ordenadas bajo criterios de jerarquía. Ciertamente no es cosa menor.
La comparación puede parecer desproporcionada y quizás lo es, pero por las razones menos afortunadas, no perdamos de vista que Israel es una nación relativamente joven, no me refiero a su existencia sobre la tierra, sino a su reconocimiento como país apenas el 14 de mayo de 1948. Recién celebraron 75 años como nación con un territorio en donde se asentaron y desde el que no han dejado de trabajar literalmente a diario para llegar a ser la potencia que hoy son en muchos rubros.
Volviendo a David, algo que llamó su atención de los estudiantes israelíes, fue su claridad y solidez conceptual en distintos temas que habían adquirido previamente desde el colegio y escuela preparatoria, lo que en nuestro sistema educativo equivale a educación secundaria y preparatoria; y, añade otras igualmente significativas:
· Notorio dominio de los temas al formular preguntas y resolver problemas;
· No hay expresiones como "no entiendo nada", "explíqueme la última clase";
· Formulan preguntas concretas y puntuales, lo que refleja esfuerzo por identificar lo que no entienden y buscan la comprensión profunda de las ideas;
· Cuando no comprenden algo no buscan se les resuelva el problema, sino "pistas" para resolverlos por sí solos; y
· Cero expresiones como "eso no lo vimos", lo que en el país de David significa repetir el examen.
Para David como profesor era legítimo incluso preguntar temas no vistos en clase, pero relevantes para la materia; lo que no causaba descontento en el estudiante, sino que procuraba prepararse ante esa posibilidad. Es decir, hay interés genuino en el estudiante por aprender más allá de lo visto en clase, se trata no solo de aprobar una materia, sino de sacar el mayor provecho posible, aunque la materia sea complicada.
México ha participado desde el año 2000 del examen estandarizado a nivel internacional llamado -por sus siglas en inglés- PISA (Programme for International Student Assessment) Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes, que se aplica cada 3 años en 87 países del mundo; se evalúan las capacidades y competencias de los estudiantes para aplicar sus conocimientos y habilidades en áreas de conocimiento, como: lectura, matemáticas y ciencias.
En la última edición PISA 2018, México obtuvo un puntaje promedio de 416 en matemáticas, 420 en lectura y 419 en ciencias, quedando por debajo del promedio de la OCDE; sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho "no tiene por qué no continuar, todo lo que sea bueno para México... si me dicen, va a continuar México permitiendo que se hagan pruebas para que mejoren la calidad de la enseñanza, digo sí". "Todo lo que signifique mejorar la educación es apoyado y respaldado, todas las pruebas y estamos nosotros participando para mejorar la educación".
Es importante tener en cuenta que los resultados de la prueba PISA son solo una medida del desempeño académico, no reflejan completamente el potencial del estudiante mexicano; pero reducir la brecha entre lo que hoy tenemos con lo que queremos lograr es responsabilidad compartida. No olvidemos que la Educación sigue siendo la mejor forma de experimentar movilidad social, y por ello lo que sucede debe interesarnos.
Aunque ha habido mejoras en ciertas áreas al paso de los años, como país aún tenemos desafíos significativos en la calidad de la enseñanza, refiriéndome aquí no solo al rol docente sino al del estudiante en sus distintos niveles, nuestros alumnos deben mejorar su desempeño partiendo de la autodisciplina y una mejor actitud ante el aprendizaje.