Elemental mí querido Choco: Pereza

Elemental mí querido Choco: Pereza

“Si natura da limones, aprende hacer limonada;

Si te cacao, pues prepárate un pozolito”

Erik Manuel Priego Brito

Reflexionemos chocos un poco. La vida da, pero también quita y desquita, con quienes no valoran los regalos más preciados: los recursos. Si te ha dado todo, lo menos que podemos es agradecer y preservar lo dado; si da limones, pues aprende hacer limonada, si pretendes seguir bebiéndola, debes cuidar la fuente de riqueza, amar la semilla, sembrar limoneros y cuidarlos.

Bendita mi tierra, tan noble y tan buena…. Maldita paradoja de la abundancia, como también ese terrible mal holandés que padecemos bien padecidamente. A los chocos se nos ha dado harto, gozamos de todo, ha sido tan generosa Venus que jamás hemos deseado o implorado, menos comparado, del árbol cae todo. “Lo que no nos cuesta hagámoslo fiesta”, no apreciamos –en países sin tierra, petróleo y gas, la necesidad genera habilidad, técnica y destreza, Corea del sur, hidroponía-.

Con el paso de los años, por diversos factores –liderazgos inidóneos, omisión por confort- llegamos a confundir bendición con obligación, efímero con eterno, bondad con imbecilidad, dar y merecer con exigencia y abuso. Creemos que violencia, queja, grilla y manipulación son la opción, el camino.

Nuestro concepto de pobreza, es verdaderamente distante al del auténtico jodido,-debajo de la línea pobreza, mil millones en pobreza extrema-. En otras latitudes, incluso en zonas no muy lejanas, existen verdaderos supervivientes, héroes que batallan contra Tanos diariamente, pasan días sin comer –Angola, Afganistán, Haití-; sin beber, ruegan por agua –Somalia, Qatar.-; víctimas de enfermedades: diarreas, pulmonares, tuberculosis, paludismo, VIH –Suazilandia 40% de la población tiene sida, Lesoto, Mozambique-; contaminación –India, China, Nepal-; guerras sangrientas –Congo, Azerbaiyán, Bosnia, Filipinas-. Realidades donde gobierna dolor, debilidad y tristeza, todas acompañadas de pobreza: -pero la de a de veras, no inducida, culposa o dolosa- Tayikistan donde las madres se matan con sus hijos, Sierra Leona, Gambia, Liberia, Eritrea, Niger, Afganistan, Zimbaue y el Rey de todas, Burundi -menos 100 dólares por cabeza al año-, entre otros. Seres que solo empiezan a vivir cuando dejan de existir.

Además están aquellos que por azares incomprensibles, por destino o travesura natural, nacen en regiones inhóspitas, como tundras, desiertos, islas, zonas estériles, rocosas, árticas y heladas, donde sobrevivir requiere alma, pasión y corazón, mucha fuerza y amor por la vida, cada trago y cada bocado son producto de gran esfuerzo y valentía.

Nuestra madre tierra nos dio todo en abundancia, tanta agua que hasta el sol de hoy, seguimos sin entender que debemos administrarla, cuidarla y aprovecharla. Tan irónico y asombroso nuestro caso, que se resume en la siguiente paradoja: en época de lluvia, nuestra gente, animales y plantas mueren ahogados, por exceso del vital líquido; en tiempo de seca, el resultado es igual, también mueren, de sed, por falta de ella.

En otros países millones están muriendo de hambre, -acá se pudren las frutas, -tiradas bajo los árboles, se queman los campos-. En muchos lugares del mundo, hombres mueren de sed, ansiando un trago de agua pura, un buen baño, una letrina que se lleve los restos; incrédulos somos de  los soñadores ilusos que añoran nadar o clavarse en un lago, laguna rio o cenote, que imaginan alguna vez saltar las olas del mar y romperlas con su cuerpo, correr por charcos y fuentes en un día soleado. Para ambos es utopía.

Contamos además de agua, petróleo, gas, tierras fértiles, miles de especies de animales y plantas, que permiten ganadería, pesca, agricultura y diversas actividades.

¿Cualquiera diría esa gente tiene todo, porque no son una potencia mundial?

Eso lo veremos en la próxima columna, donde trataremos de comprender por qué lógica y razón fracasan ante pasión y emoción. En particular enfocaremos en pereza parte de la responsabilidad, a sabiendas los factores son diversos.

Animo y mucha energía!!!

Erik Manuel Priego Brito

erik@priegobrito.com