SEGUNDA PARTE
En tanto (los neoliberales) tuvieron 36 años de gobierno en los que modificaron casi totalmente la Constitución, hicieron nuevos libros de texto, contaron con todo el apoyo y control de los medios electrónicos y periódicos, además de cambiar totalmente la Suprema Corte y, sobre todo, acelerar las privatizaciones y concesiones y una política administrativa en la que todo se concursaba de manera externa mediante formatos como el "outsourcing". Incluso la Reforma Educativa permitía que cualquiera pudiera convertirse en profesor sin pasar por una formación especializada.
Así generaron todo un estamento social dependiente de este tipo de prácticas, que va desde los encumbrados millonarios de las empresas (Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego) hasta toda una clase media aspiracionista regida con un código cultural de narcisismo y consumismo (los mirreyes, las ladies y lores del Facebook). Un estamento que al no estar orgánicamente ligado a instituciones estatales cree no depender del presupuesto público, pero que en realidad sí vive de "concursar" por él, incluso si está en la nómina. Y en esta lógica, al tener como único objetivo la obtención de la mayor cantidad de dinero para mantener altos niveles de consumismo, borraron o se hicieron insensibles a los principios éticos, y no les importó, sobre todo a los poderes fácticos a nivel estatal, asociarse con los carteles violentos que impusieron regímenes de "gobierno privado indirecto" y prácticas "necrocapitalistas" (Mbembe, 2011 y Banerjee, 2008). Un ejemplo, lo dio la misma candidata Gálvez que al explicar su fortuna evidentemente no la entendía como corrupción, sino como práctica normal de negocios, acciones que implicaban conflictos de intereses.
UN BLOQUE DE LA VIEJA CLASE
Éste fue el "bloque histórico" que a lo largo de todo el sexenio fue utilizado como base social por parte de la vieja clase político-económica neoliberal. Y para combatir al gobierno recurrieron a todo tipo de prácticas de "guerra jurídica" o lawfare, desde la formación de un grupo de litigación estratégica para "empapelar" con amparos y detener toda obra o acción de gobierno, incluyendo el golpe de Estado en el poder judicial con el nombramiento de la ministra Norma Piña, que pasaría inmediatamente a declarar inocentes a todos los acusados por la actual Fiscalía General de la República, a declarar inconstitucionales toda decisión, reforma o ley procedente del Poder Ejecutivo (lo que en sí constituye un golpe de Estado e invasión de funciones de otro poder) y cínicamente a liberar a todos los grandes capos que encarcelaba la Fiscalía, la Guardia Nacional o el Ejército.
La otra parte de la guerra judicial fue una "guerra propagandística y cultural" mediante la intervención permanente de los más famosos intelectuales y todos los locutores y lectores de noticias de radio y televisión, generando una verdadera "pared mediática", en donde quien no tuviera internet o acceso a los escasos medios que antes llamábamos independientes (porque en efecto eran independientes tanto del gobierno como de los grandes capitales) no tenía ningún otro modo de informarse ni siquiera de las conferencias diarias que da el presidente ("Mañaneras"). Su esfuerzo llegó a que todo el tiempo buscaron todo tipo de recursos legales para impedirle al presidente realizar tales conferencias, e incluso, en sus argumentaciones, llegaba a querer prohibirle al presidente hablar o querer hacer política. Sus incongruencias "democráticas" llegaron al grado de boicotear desde adentro del Instituto Nacional Electoral, dirigido por Lorenzo Córdova, y mediante campañas públicas por la no participación, la mayor oportunidad de ejercer la soberanía popular como fue la votación universal por la revocación del mandato, puesta ya en práctica por AMLO cuando fue jefe de gobierno del D. F., y elevada a rango constitucional durante su presidencia. (Continuará)
Referencias
Banerjee, Subhabrata (2008). "Necrocapitalism", Organization Studies 29 (12), SAGE Publications.
Mbembe, Achille (2011). Necropolítica seguido de Sobre el gobierno privado indirecto, Madrid, Melusina.
Negri, Antonio (1994). El poder constituyente, Madrid, Prodhufi.
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(Publicado en Criba. Historia y Cultura. Se reproduce con permiso del autor. Rodolfo Uribe es doctor en Ciencias Sociales del Colegio de México. Investigador titular Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, investigador invitado Universidad de Salamanca y de la Australian National University.)