Desde 1950 cada tercer domingo de enero se celebra el Día Mundial de la Religión con el objetivo de que exista tolerancia entre las personas y sus creencias sobre el tipo de religión que profesan y así, respetar la libertad de culto como un Derecho Humano Universal. Por medio de eventos en todo el mundo se motiva a reconocer las similitudes que tienen las diferentes creencias, promoviendo la armonía entre todos los creyentes. Son muchas religiones en todo el mundo, muy diferentes en teología y práctica, pero casi todas se centren en 2 temas universales: cómo actuar en la Tierra y qué esperar del más allá. La mayoría enseñan la fe en un poder superior, ya sea la propia espiritualidad, la naturaleza, un dios o varias deidades. A través de ritos, ceremonias y oraciones, la gente intenta establecer contacto con una fuerza superior; para obtener protección y beneficios, o por miedo.
El término religión puede provenir del latín "religio", que Cicerón define como conjunto de ceremonias y actos sagrados realizados con devoción. También puede derivar del verbo "religare", reunir o atar. En griego lo más parecido a religión es "eusebeia", que significa piedad, y en el judaísmo lo más cercano es "fe". Así, religión significaría acción y efecto de conectar fuertemente con una entidad suprema. Y podría ser resultado del esfuerzo humano por construir interpretaciones del mundo, de sí mismo, de lo desconocido y de lo que aún no puede entender.
La religión no se hereda, se transmite y enseña a través de la cultura. Cerca del 20% del Patrimonio Mundial declarado por la UNESCO, refleja un tipo de conexión religiosa o espiritual con un alto nivel de apropiación social y pertenencia. Hasta ahora no se sabe que hayan existido civilizaciones sin religión, pero también se sabe que han existido escépticos y no creyentes desde la antigüedad. Hay más religiones que lenguas conocidas, se estiman en 4,200 y resulta difícil caracterizarlas. Con todo, siguen siendo parte de la humanidad, pues más del 80% de la población se identifica con un credo. Más del 30% practica el cristianismo, 25% el islam, 15% el hinduismo, 7% el budismo y con apenas 0.02% el judaísmo. Del resto, 6% se decanta por religiones tradicionales y 1% por otros cultos. Por el contrario, el 16% no tiene afiliación religiosa, incluidos quienes se consideran ateos o agnósticos, siendo el tercer grupo más numeroso después de cristianos y musulmanes.
En la última década, sólo 10% de los recién nacidos en el mundo nacieron de madres sin religión. Esta reducida natalidad ayuda a explicar por qué se proyecta que la población sin religión declinará en próximas décadas. Se estima que para 2050, el 70% de los niños nacerán en familias musulmanas o cristianas; y ambas religiones tendrán casi el mismo numero de seguidores en virtud de que el islam crece al doble que el cristianismo.
Ahora, estudios demográficos muestran que la fe religiosa es alta en países con ingresos bajos, mientras en los países ricos aumenta la secularidad y el agnosticismo. A medida que la educación y los ingresos crecen, los niveles de religiosidad disminuyen. Los datos revelan que mientras que el 70% de las personas con bajos ingresos afirman ser religiosas, este porcentaje cae al 50% entre los altos ingresos. Misma tendencia con la educación, el 85% de personas con menor nivel educativo son religiosas, frente al 50% del nivel superior. En México más del 60% se asumen religiosos, 30% no lo son y 8% son ateos. Cerca del 90% creen en dios, 60% creen en la vida después de la muerte y más de la mitad creen en el infierno y el cielo.
La libertad de culto es el derecho a elegir la religión que se desea profesar, practicar y a cambiar si se desea. Pero este derecho, constitucional y universal, conlleva deberes y obligaciones. No debe interferir en la libertad ni en la dignidad de las personas, mucho menos permitir que el prejuicio, la intolerancia y el fundamentalismo pongan en riesgo la paz, la tranquilidad y hasta la vida de los demás.
(drulin@datametrika.com/Investigador Titular, UJAT/Director General, Datametrika Co.)