¿Y de ahí?

La filosofía es necesaria en este mundo de reacciones irreflexivas


El pasado jueves fue el Día de la Filosofía y pasó bastante desangelado, apenas se hizo mención de esa celebración promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, la Cultura y la Comunicación e Información (UNESCO). Incluso por ahí vi circular un meme que aludía a la fecha en los siguientes términos: llega el día de la filosofía, entonces tu amigo el filósofo expresa: "nada qué celebrar".

Se le critica mucho a esta disciplina que sus salidas económicas no son buenas. Consecuencia lógica de su propia naturaleza: la filosofía está lejos de ser útil a los fines de los grupos que dominan económicamente y a los que les interesa que la población consuma y produzca irreflexivamente, pues justamente promueve el entrenamiento de un razonamiento reflexivo, con ciertos métodos o técnicas.

Entre los filósofos parece haber consenso en el sentido de que una de las corrientes consideradas de moda a estas alturas del capitalismo posmoderno es el estoicismo o ciertas variantes que se identifican con él, incluyendo falsos estoicismos. Muchos de esos contenidos son populares en youtube o tiktok. Para cierto público, bien pueden representar un primer acercamiento a la filosofía en sí. El fenómeno muestra cómo las premisas del estoicismo siguen generando admiración, pero se las mezcla con otros temas que nada tienen qué ver, como pretendiendo que el estoicismo respaldara ciertas posturas como el machismo.

Otro meme decía algo así como: tú crees que la filosofía no tiene nada qué ver contigo. Vas a tu trabajo y eliges una forma de afrontar el día. Eliges la ridícula ideología impuesta por el capitalismo tardío en el que tu valor como persona se reduce a tu productividad. Y es curioso que creas que estás exento de la filosofía, cuando, de hecho, estás pensando a través de un sistema de ideas que algunas personas eligieron para ti.

La filosofía es fundamento de las matemáticas cuando sostiene que las matemáticas se reducen en un sentido muy importante a la lógica. Es fundamento de la ciencia cuando plantea la aplicación del método científico, lo que ha llevado a la sucesión de diversas escuelas de pensamiento que han mejorado nuestras formas de investigación hasta el punto en que se encuentran. La filosofía, incluso, abarca la crítica sobre los límites de las matemáticas y la ciencia, o sus métodos (que son los límites de la capacidad de razonamiento de la humanidad).

La filosofía es, quizá, una de las disciplinas del pensamiento más versátiles y apasionantes, presente en lo profundo de toda nuestra civilización, desde la antigua Grecia hasta la Coca Cola, cambiante y variada como culturas y genios ha habido a lo largo de la historia de la humanidad. Pero, tristemente, es de las más incomprendidas. Tantas cosas se confunden como filosofía, a tantas cosas se puede aludir en nombre de la filosofía que es normal que al final quedemos con la honesta duda de qué es.

El otro día escuché a un hombre decirle a otro que un tercero se estaba poniendo "medio filósofo", o le decía que hablaba "medio filósofo". Quería decir que esa persona hablaba en términos oscuros, refinados. Sin embargo, él no terminaba de convencerle de que en realidad esa persona supiera de lo que estaba hablando, sino más bien pensaba que de ese modo trataba de intimidarlo para tomar ventaja.

Cierto es que la filosofía del Derecho, tal como se enseña en las escuelas, pretende que el fundamento de la ley es la dimensión moral de los seres humanos, el imperativo categórico, como lo llamó Immanuel Kant. En el derecho se invocan principios como la igualdad, la imparcialidad, la justicia. Sin embargo, una revisión crítica histórica permite ver cómo, en su momento, se hizo una fundamentación jurídica tal que era legal que los seres humanos fueran comprados y vendidos como esclavos.

La filosofía es necesaria en este mundo de comunicaciones cada vez más inmediatas y reacciones irreflexivas. Ofrece una aproximación teórica y metodológica a sistemas de pensamientos que pueden ser económicamente redituables o de interés personal, para ser personas más éticas, incluso, para ampliar (o derrumbar) nociones sobre la fe o para identificar a quienes desde alguna trinchera política buscan engañar a los electores con proyectos que pueden parecer atractivos por lo que dicen defender, pero en el fondo sólo son rimbombantes u oportunistas.