Extrañaré al viejo PRD. Al de sus orígenes y hasta antes del 2013. Al último, identificado con el PRD de los Chuchos, no. De hecho, este último de ese año para acá, ya estaba descolorido, había perdido su esencia, su identificación de lucha, y había tomado forma acomodaticia. Ya sin su filo, sin sus garras, se le identificaba con tribus, y al final era el perfil de la pragmática chuchería, cueva de los Chuchos.
LUEGO DE LAS ELECCIONES DE 1988, y el megafraude de Carlos Salinas contra el pueblo de México y su líder, Cuauhtémoc Cárdenas, era necesario crear un partido que aglutinara a las fuerzas políticas de la izquierda. El PMS, que venía del PSUM, y antes del PC, cedió su registro. Y así la esperanza tuvo nuevo nido, nueva casa: el Partido de la Revolución Democrática. Con su eslogan: ¡Democracia ya, Patria para todos! El viejo y siempre nuevo anhelo. La fecha, 5 de mayo de 1989.
EL PRD EN SU ORIGEN REPRESENTÓ la lucha del magisterio, la de los médicos, la de los estudiantes, la de las causas campesinas y obreras. Representó la lucha de toda minoría, de los discriminados, excluidos, los sin nada, los nadie. La burocracia del partido funcionaba con motivo de esas causas, y no las causas en función de la burocracia partidaria como sucedió en los últimos años.
FUE EL PARTIDO QUE LLEVÓ como candidato de izquierda a la presidencia de la república al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas 1994 y en 2000. Y en 2006 y 2012 a Andrés Manuel López Obrador, paisano tabasqueño. No fue posible el arribo a la presidencia en esas elecciones. Siempre fue el fraude abierto o soterrada. Los grandes medios de comunicación estaban a los pies, de rodillas ante el presidencialismo omnipotente y omnímodo de gene priista. Le decíamos "el partidazo". Los sindicatos charros vendían a sus agremiados por monedas de oro representados por cargos populares. Corporativismo fue y es su nombre.
EN TABASCO EL CANDIDATO a la gubernatura fue Andrés Manuel en 1994. En 1994, 2000 y 2006 fue Raúl Ojeda. Valientes ambos para encabezar un movimiento democrático-nacionalista que enfrentaba a los miles de trucos, mañas y artimañas de los especialistas electorales para desviar la voluntad popular. TELEVISA electoral y tv Azteca electoral también apoyaban hasta la ignominia a los candidatos del PRI. Invertían a lo seguro. TELEVISA arrogante suplantaba no solo a la instancia electoral priista, sino a la misma Secretaría de Educación con sus contenidos vacíos, intoxicantes, lascivos, lacrimales, sosos, etc. Ese país nos dejaron.
UNA DE LAS PRUEBAS que tenemos en Tabasco fue la anulación de la elección estatal del 2000, por las exageradas trampas, costos y hasta la programación de la televisión estatal en hacer propaganda para el candidato priista, que fue el gracioso Manuel Andrade. Solo que a los delincuentes electorales no los encarcelaron. Los dejaron libres para que siguieran haciendo lo mismo, robar las elecciones; ladrones, delincuentes, etc.
NO HAY QUIENES EJERZAN el poder que en ejercicio quiera dejarlo. Ni hay aspirantes al poder que no quieran hacerse de él. Hay, claro, un marco normativo. Y en la lucha electoral se estira el cordón legal hasta donde es posible. Solo que los del poder tienen un margen de maniobra un poco mayor que la oposición para torcer la voluntad popular.
CÓMO OLVIDAR EL SALINATO con la posición lenguaraz y dolida de "ni los veo ni los oigo". Cómo olvidar a los más de mil perredistas asesinados en ese sexenio criminal. Cómo olvidar la lucha de la resistencia civil contra la CFE en Tabasco. "O pago el recibo CFE o como", era la consigna. Cómo olvidar los mítines en el zócalo donde resplandecía la luz del sol Azteca y avisaba la esperanza de un cambio de régimen. ¿Y los presos perredistas principalmente de Tabasco? ¿Y los gaseados y apedreados de Plaza de aemas en 1995? Y luego de las elecciones del 2012 no había de otra que dejarle a la burocracia partidista liderada por los Chuchos y que se quedaran con el esqueleto del partido amarillo al que habían logrado quitar identidad y dejarlo como un apéndice del poder.
EN EL ZÓCALO LLENO luego de las elecciones del 2012 anunció AMLO la salida del PRD y la conformación de Morena. Y auguró atinadamente que ese partido se desfondaría. Lo cierto es que ya no era el partido de los orígenes del mismo en 1989. Había perdido la mística de lucha. Se habían apoderado de sus estructuras y los órganos de mando las tribus chuchas. Y de allí quedaba solo la consumación del declive, cuyo fondo fue en esta elección del 2024, con la pérdida del registro nacional al no alcanzar el 3.0 en alguna de las elecciones federales. Quedará solo como registro local en algunas entidades como Tabasco, Michoacán y la Ciudad de México.
UN BALANCE. Con los liderazgos de Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Porfirio Muñoz Ledo, y sin regatearle nada a nadie que haya enarbolado las luchas populares con la identificación de la bandera amarilla, se alcanzó en pocos años la participación en los altos frentes de batalla electoral. Pero eso ha quedado atrás, para la historia. La desfachatez de quítate la máscara fue en el 2018: los Chuchos maniobraron para una alianza Pan- Prd, lo que evidentemente era contra natura política, con la candidatura presidencial para Ricardo Anaya. ¿En qué cabeza cabe?
ASÍ QUE ADIÓS, CASCARÓN AMARILLO. Fue el pueblo de Tabasco, y en su conjunto el sur y el Centro, quienes dieron base y plataforma al liderazgo de Andrés Manuel López Obrador. Fueron los indígenas de Tabasco y los liderazgos de comunidades y colonias. Fueron los viejos luchadores sociales, muchos de ellos no vieron llegar al poder a AMLO, y otros están olvidados. Fue el pueblo llano y los religiosos de base. Pero reitero fue el PRD de sus orígenes, no el cascarón vacío del 2013 a la fecha. A ese cascarón es al que se le dice adiós con la música de Las golondrinas. A las causas populares no. Esas seguirán vigentes mientras haya pobreza e injusticias, feminicidios y demás.
LA LEY DE LA FÍSICA nos instruye científicamente que ningún objeto puede ocupar dos espacios a la vez, por lo que se explica la razón de los partidos políticos vacíos y vaciados. Sus dirigentes y su militancia se desplazan hacia otros espacios políticos. Reacomodo, se le dice. También nueva correlación de fuerzas.